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Por: NULLVALUE
18 de diciembre de 1995En el organismo existen glándulas que segregan y liberan en el organismo sustancias de vital importancia porque sirven al funcionamiento de los diferentes sistemas que intervienen en la vida del hombre.
Las glándulas se subdividen en dos grupos principales: exocrinas y endocrinas.
Las primeras vierten su propia secreción, por medio de un conducto, al exterior del cuerpo o en una cavidad del mismo que comunica con el exterior.
Las llamadas endocrinas, vierten su secreción directamente a la sangre, para su recorrido por todo el cuerpo humano.
Entre las glándulas exocrinas se destacan el hígado, que segrega la bilis; el páncreas, que segrega varios jugos digestivos; las glándulas de las paredes del estómago, y las glándulas salivales, sudoríparas, lagrimales y sebáceas.
Las principales glándulas endocrinas son la hipófisis o glándula pituitaria, que controla la acción de las demás glándulas; el tiroides, que regula el consumo de energía; las paratiroides, que controlan el nivel de calcio en la sangre; los islotes de Langerhans del páncreas, que controlan la utilización de la glucosa por el organismo; las suprarrenales, que segregan las hormonas necesarias para las situaciones de emergencia. Además, hay células especiales de las gónadas (testículos y ovarios), que controlan las funciones sexuales.
El timo, situado en el cuello, está desarrollado solamente durante la infancia y su función endocrina aún no está muy claramente definida.
Las glándulas endocrinas pueden padecer también trastornos, e incluso enfermedades propias, que alteran sus funciones.
Las hormonas producidas, controlan gran parte de la actividad del organismo. Por ello, toda disfunción con exceso o defecto en la producción hormonal, puede originar graves consecuencias para la salud.
La sintomatología de las enfermedades de las glándulas endocrinas varía según el tipo de glándula afectada.
Como en algunos casos las hormonas segregadas por una de estas glándulas ejercen su influencia sobre otra glándula endocrina, los síntomas de una eventual enfermedad pueden hacer pensar en la afección de una glándula, cuando en realidad está sana, mientras la que realmente está afectada es otra que situada encima, en la escala jerárquica.
Lagrimales Son las glándulas situadas en la parte superior y externa del ojo, que tienen como función la secreción del líquido lagrimal, para mantener húmedo el ojo y los párpados.
Con una sustancia germicida que contiene (lisozima), son combatidas las infecciones.
Desde el ángulo interno del ojo el líquido lagrimal desciende hacia la nariz, por el canal nasolagrimal.
Salivales Son seis glándulas destinadas a la secreción de la saliva. A cada uno de los dos lados de la cabeza, se encuentran la parótida, la submaxilar y la sublingual.
Vierten su secreción en la boca, respectivamente, mediante el conducto de Stenon, el conducto de Wharton y el conducto de Rivino.
Al igual que todas las glándulas, las salivales están sujetas a inflamaciones.
En su tejido pueden producirse formación de pequeños depósitos de calcio (cálculos) que al obstruir los canales excretores provocan la hinchazón.
Sebáceas Situadas en la raíz del pelo y el vello, se localizan en el espesor de la piel, por todas las zonas del cuerpo, excluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Segregan sebo, que lubrica, protege y suaviza el pelo.
El exceso de esta secreción (seborrea) origina alteraciones de la piel. La inflamación de las glándulas sebáceas, más frecuentes en los jóvenes, provoca el acné.
Sudoríparas Están situadas en la capa subyacente a la piel, producen sudor, que sale de la superficie cutánea a través de un conducto excretor microscópico.
Son particularmente numerosas en ciertas regiones del cuerpo, como las palmas de las manos, la plantas de los pies y las zonas pilosas.
A través del sudor que producen, las glándulas sudoríparas aseguran la eliminación de diversas sustancias del organismo, especialmente sales, que se exudan en mayor cantidad con el ejercicio muscular.
El normal funcionamiento de las glándulas endocrinas y exocrinas en el cuerpo del hombre determina en gran parte el estado adecuado de las diferentes condiciones del mismo, por lo que periódicamente estas deben ser sometidas a estudio, por parte de un endocrinólogo, o médico especializado en este tipo de órganos.