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1) No solo soy un as del presentimiento, sino que además siempre estuve orgulloso de mí poder. A veces me quedaba absorto por un instante, y luego decía "el martes saldrá el 57 a la cabeza". Y el martes salía el 57 a la cabeza. Entre mis amigos gozaba una admiración sin límites.
Algunos de ellos recuerdan el más famoso de mis aciertos. Caminaban conmigo frente a la universidad, cuando de pronto el aire matutino fue atravesado por el sonido y la furia de los bomberos. Yo sonreí de modo casi imperceptible, y dije "es posible que mí casa se esté quemando".
Llamamos a un taxi y encargamos al chofer que siguiera de cerca a los bomberos. Estos tomaron por Rivera, y yo dije "es casi seguro que mí casa se esté quemando". Mis amigos guardaron un respetuoso y afable silencio; tanto me admiraban[...]