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Respuesta:
La actitud de Jesús y su mensaje produjeron el rechazo de las autoridades religiosas de su pueblo, representadas en el sanedrín o consejo judío. A este consejo pertenecían representantes de las clases más ricas e influyentes: ancianos, saduceos, escribas y fariseos. Estos velaban por el cumplimiento de la ley, la tradición y las costumbres judías.
Los saduceos estaban directamente encargados del templo; los fariseos estaban más dedicados a la instrucción religiosa del pueblo, enseñando la ley en las sinagogas, sobre todo en las zonas rurales. Los ancianos eran como patriarcas o representantes de las familias más pudientes, grupo al que también pertenecían, por otro lado, los saduceos. Los escribas no formaban propiamente un grupo, sino que eran especialistas de la ley a un nivel superior. Las autoridades judías reprochaban a Jesús su postura frente a la ley, frente al templo y frente a Dios.
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