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Respuesta:
Había una vez un niño qué le encantaba ir a la playa todos los días en verano. Se divertía mucho en el lugar. Para ello nadaban en unos pozones, los cuales poseían agua con una temperatura muy agradable, luego salían del agua y tomaban el sol sobre sus coloridas toallas.
las mamás le aconsejaban que no se metieran en las partes muy hondas del Río porque podían ahogarse, resulta que un día, uno de los niños quiso cruzar el río, pero no sabía nadar muy bien, entonces comenzó a patalear y a tragar agua. ¡Comenzó a pedir auxilio! Por suerte en el lugar había un joven que se lanzó al río y lo salvó.
Los niños no quisieron contar nada en sus casas por temor que no les dieran permiso para ir a la playa .¡Desde entonces tuvieron mucho más cuidado!
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