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Respuesta:
Hay una tradición del pensamiento occidental que nos enseñó que pensar en la paz
era pensar en la guerra y en la violencia. Hubo un periodo en que los estudios para la paz
estaban unidos a los estudios sobre la guerra, al menos así se halla en los estudios clásicos
de Karl von Clausewitz, que define la guerra como “un acto de violencia que intenta forzar
a nuestros oponentes a que cumplan nuestra voluntad”. Luego llega a decir que la “guerra
es la continuación de la política por otros medios”. Otros estudios como los de Quincy
Wright, han llegado a afirmar que la guerra ha sido una aventura necesaria y un instrumento
útil y un procedimiento legítimo de nuestra existencia.
La guerra no ha sido más que una burda expresión de los Estados soberanos y del
conflicto de sus grupos políticos. Nunca ha sido una expresión de la verdadera voluntad
popular.
La historia de la palabra paz nos puede dar algunos indicios de su carga de sentido en la
cosmología social de nuestras civilizaciones. Veamos brevemente esto:
Los griegos usaban la palabra eirene para referirse a la paz dentro de un grupo
cuando vive en armonía y justicia entre sus miembros. Lo contrario a esto es la discordia, la
ruptura de la armonía que provoca la guerra (stásis).
En la tradición romana está la idea de pax que tiene tres características: primero
como ausencia de guerra (absentia belli), referida a la violencia organizada entre Estados o
países, con lenguas, religión e ideología propias. Esto se define como paz externa. Luego
las disputas entre clases, razas, grupos territoriales, que desafían el gobierno central,
definida como la paz interna o social. Segundo, la paz romana encierra la idea de pacto:
pacta servanda sunt; los tratados internacionales deben cumplirse. En el derecho romano el
pacto produce concordia garantizada por la ley. Tercero: sivis pacem para bellum, “si
quieres la paz prepara la guerra. La paz es reforzada ante cualquier agresor a partir del
discurso de la guerra.
En la tradición hebrea la palabra para paz es shalom y hace referencia a un pacto
entre Yavé y su pueblo para producir justicia y prosperidad. En la tradición cristiana la
teología del pueblo elegido se universaliza e integra el concepto de eón nuevo bajo un
nuevo orden (Basilea) o Reino de Dios y bajo una nueva ética. San Pablo, el apóstol
misionero a los gentiles utilizará el término Reconciliación (katallagé) para referirse al acto
de unir a los pueblos separados por medio del evento de la cruz, que es perdón y gracia.
La paz ya no es más ausencia de guerra y de conflicto, sino, desde una perspectiva
positiva, la paz es un conflicto dinámico que requiere ser desaprendido de su vieja visón y
re-aprendido desde una visión nueva. La paz, en términos positivos es justicia y armonía
social. La paz es un fenómeno amplio y complejo que nos exige una comprensión
multidimensional, que hace referencia a tres conceptos íntimos: el conflicto, el desarrollo y
los derechos humanos.
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