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Respuesta:
Holi!
Explicación:
Algún día, seremos mayores y nos gustará estar cuidados y valorados. Posiblemente, no podamos hacer las cosas que hacíamos con 30 o 40 años. Los años no pasan en balde y la movilidad se va perdiendo por el camino. Solo una sociedad que se encarga de respetar y cuidar a las personas mayores está vertebrada correctamente. Por ello, es importante saber que existen otras políticas, aparte de la económica para jóvenes y el fomento del empleo para personas en edad laboral, que requieren una especial sensibilidad y esfuerzo, como cuidar de los mayores en centros de ocio, asegurar su bienestar y fomentar la felicidad en esta etapa de sus vidas.
El pasado día 16 de noviembre era el Día Internacional de la Tolerancia. Nosotros publicamos una entrada en nuestros canales con el título “Los mayores primero”. La protección de la vejez es una responsabilidad de todos y un canto a la vida que construimos, también entre todos, a través de grandes acciones. Facilitar la movilidad de estos abuelos y no dejar que sus vidas caigan en el olvido es el principal objetivo. Muchas personas, llegadas a la tercera edad, sienten que sus familias se olvidan de ellas. Si es que tienen familias. Otras, en cambio, llegan a esa edad sin nadie a su lado o han enviudado, por lo que pueden haber perdido su apoyo más importante. Es cierto que a los mayores se les presupone una madurez, sabiduría y experiencia superiores que las de las personas con edades más tempranas, lo cual no quiere decir que se les deba privar del cariño y de los cuidados necesarios para que finalicen sus vidas rodeados de amor y apoyo, sea cual sea el motivo de su soledad.
Desde un compromiso moral y familiar, atender sus necesidades, facilitar su movilidad y vigilar su salud son las tres cuestiones fundamentales al tratar de cuidar de las personas mayores. ¿Cómo podemos hacerlo? Estableciendo visitas periódicas para evaluar su estado y proveyendo las herramientas adecuadas para garantizar su autonomía al 100 %. Sin embargo, no siempre es fácil. La vejez trae consigo achaques y enfermedades propias del desgaste del cuerpo humano que impiden desarrollar a estas personas una vida con total independencia.
Atender a los mayores pasa por endulzar sus vidas y apoyarse en los mecanismos del Estado, así como en productos creados y diseñados especialmente para ellos: salvaescaleras, bastones, luces a pie de cama… Existe un sinfín de artículos destinados exclusivamente a facilitar sus vidas. Por su parte, brindar el ánimo necesario para que salgan, paseen, viajen y encuentren actividades que desarrollen su mente les ayuda a combatir la senilidad y el temido alzheimer, una enfermedad degenerativa caracterizada por la pérdida progresiva de los recuerdos.
El progreso económico no debería enturbiar los ciclos vitales de la naturaleza ni hacernos olvidar la importante contribución de las personas mayores a la sociedad. Ahora es su momento y se merecen las mejores atenciones.