Respuestas
Respuesta: Una de las principales consecuencias de la caza furtiva es la extinción de numerosas especies de animales, lo cual trae consigo importantes y gravísimos cambios en el ecosistema. ... La caza furtiva también acaba siendo responsable en gran medida de la proliferación de siniestros como los incendios.
Explicación: La caza, ha existido desde siempre, desde momentos inmemoriales e históricos, de los que nos han transmitido su necesidad, especialmente para el humano que la ejercía por propia necesidad para su vestido, y protección, En la antigüedad, caza sirvió para alimentar y vestir a la gente ha sido una parte de la raza humana para la mayor parte de la historia. Ese tipo de caza, por necesidad, siempre ha sido aceptada y asumida, porque se justificaba por la cobertura de las necesidades del Hombre.
No obstante, y conforme han evolucionado los tiempos, la caza por necesidad, se ha convertido mayoritariamente en la caza por “diversión”, calificada como deporte, hecho que, junto a otros hechos habituales contra la Naturaleza y sus habitantes desde siempre, implican una agresión continuada a lo que llamamos actualmente, ecosistema, con las terribles consecuencias de las que nos informan para nuestro planeta, hundido en las acciones incontroladas contra el mismo, en base a intereses de todo tipo, sin pensar en las consecuencias.
En el presente artículo, vamos a analizar el conflictivo tema de la caza, que por un lado, tiene muchísimos adeptos, pero que, en este momento, fruto de una evolución y civilización adecuada de nuestra condición, como habitantes del planeta, cada vez son más personas, las que ven en la caza, una amenaza para nuestras especies, y sus consecuencias negativas en el ecosistema y equilibrio del planeta, a mas a mas, cuando la práctica se ha ejercido ampliamente, como pura y dura diversión, exigiendo, en la actualidad a los Gobiernos Autonómicos y al propio Gobierno Central, medidas restrictivas y protectoras del hábitat y de la biodiversidad del mismo.
La parte adepta de la caza, justifica la existencia de la misma, por su necesidad, dirigida a creer que gracias a la caza, se mantiene el citado equilibrio del ecosistema, de control cinegético en la sobrepoblación de las especies.
De esta forma, muchos de los defensores de la caza, ahora considerada un deporte, la estiman necesaria, e incluso esencial, para la conservación y gestión medioambiental. ya que, garantizaría que la actividad cinegética, pudiera desarrollarse en los casos en que resulta fundamental, bajo estricta justificación técnica, para el control de poblaciones que están provocando daños a cultivos y explotaciones ganaderas o que suponen un peligro para la seguridad ciudadana.
Algunas Comunidades Autónomas, permiten la caza, bajo la justificación de esta actividad como control poblacional de especies, centrándose en los Jabalíes, los ciervos y los conejos, siempre justificada la práctica ante el daño que, afirman, que estas especies están causando en cultivos
Discrepando de todas estas argumentaciones en favor del deporte de la caza, es decir, en favor de una actividad lúdica que genera importantes intereses económicos, es cierto que ningún argumento profundiza sobre el impacto que este deporte genera en nuestro medioambiente, lo silencian, y porqué, porque no les interesa informar sobre la verdadera repercusión de las consecuencias,
Por ello, es importante tener en cuenta el verdadero impacto medioambiental si la caza se desarrolla sin ningún tipo de control o restricción impuesta a los cazadores, que pueden, incluso, llegar a vulnerar el argumento para ellos valido de control cinegético de las especies, entendiendo que, a estos efectos, es necesario practicar la caza siempre con medidas restrictivas para su propio control.
En España, la caza, lejos de ser una actividad que contribuya al equilibrio natural, es el factor que genera muchos de los problemas que luego, el sector cinegético, se ofrece a solucionar, sin éxito en ningún caso. S valora documentadamente el profundo y negativo impacto que la misma, crea en el equilibrio natural, la biodiversidad, el bienestar animal y el desarrollo rural.
La caza en el Estado español afecta al 80 % del territorio y se debate entre dos modelos de gestión: uno de perfil más popular, de cotos de carácter social, y otro de carácter comercial, destinado a la explotación turística nacional e internacional.