¿ Que piensa usted sobre los inicios de la agricultura y los tejidos de los antiguos hombres del arcaico superior ?
Respuestas
Respuesta:1 La vestimenta en la historia de las sociedades siempre ha jugado una doble función. En primer lugar, su uso deviene de una necesidad meramente natural: la de resguardar el cuerpo de las inclemencias del clima. En segundo lugar, trasciende en el ámbito de lo social como vehículo de identidad, ya que las formas y diseños que se emplean para confeccionarla, sigue los patrones instituidos por el grupo o entidad cultural que los crea según las condiciones sociales bajo las cuales se ha desarrollado.
2 De ahí que la indumentaria, hasta cierto punto, refleje ciertas características generales de las relaciones sociales que el ser humano, en su interacción constante con la naturaleza, organiza entre sus miembros para reproducir su propia existencia. Y es así que la Dra. Claude Stresser-Péan, a través del análisis profundo y sistemático de información, obtenida mediante la metodología aplicada por distintas disciplinas para su investigación, como son la historia, arqueología y etnología, nos da cuenta, en su libro De la vestimenta y los hombres, del atuendo, complementos y adornos corporales característicos de las culturas que florecieron en el actual territorio mexicano previo a la conquista española, y cuando es el caso, de su prolongación hasta el presente.
3 En las dos primeras partes del libro, aborda el tipo de prendas que, en su conjunto, conformaron la indumentaria prehispánica. En dicha investigación se advierte que cada una de éstas tenía como propósito primordial acentuar las diferencias entre los distintos estratos de la sociedad; la forma de enredar o anudar las prendas al cuerpo, la selección de materias primas, la aplicación de colores y género de diseños conformaban un acompasado reflejo de la estructura social.
4 El taparrabos o maxtlatl para los hombres y la falda o cueitl para las mujeres, eran las únicas dos prendas indispensables en toda el área conocida como Mesoamérica. El primero podía acompañarse con la capa o tilmatli, y la segunda con la camisa o huipilli, entre algunas otras más, según los usos y costumbres de cada grupo cultural. Estas prendas eran holgadas para facilitar el movimiento de quienes las portaban, ya que permitía desempeñar las actividades correspondientes a su profesión o condición; por ejemplo, se nos explica que los quechquémitl, variante de camisa que portaban las mujeres en algunas regiones, permitían sostener sobre la espalda a los niños pequeños. No obstante, también confeccionaban prendas que ajustaban perfectamente al cuerpo. Es el caso del ehuatl y el ichcahuipilli, atuendos militares que, durante la batalla, resguardaban las partes más vulnerables del cuerpo del combatiente, o el tlahuiztli, imponente traje militar que personificaba seres del inframundo, jaguares, águilas, coyotes, entre otros animales, y con el que se revestían los guerreros de alto rango para amedrentar a sus oponentes.
5 De igual forma, la autora nos informa que existió una excepción diferencial en el tipo de vestimenta usada en el área conocida como Mesoamérica. Los purépechas, también llamados tarascos, elaboraban camisas o cicuillis con forma de túnicas para los hombres. Las mujeres, quienes por lo regular llevaban el torso completamente desnudo, utilizaban una variante de enredo corto para cubrir los genitales, y en ocasiones, un pequeño tilmatli.
6 Si bien es cierto que la indumentaria prehispánica estaba compuesta por unas cuantas prendas, lo es también que la complementaban con otros accesorios, además de agregar una variedad extraordinaria de objetos para ornamentarse; todos ellos, medios de diferenciación social según la posición que se ocupara. Por ello, en la tercera y cuarta parte del libro, la autora ofrece una amplia descripción de los complementos y adornos precortesianos, elaborados a partir de materias primas de origen animal, vegetal y mineral, así como de su connotación simbólica en las sociedades que ha venido estudiando. Simultáneamente, atendiendo a los cánones de belleza, nos contextualiza los diferentes adornos corporales de que disponían algunas entidades culturales, su función ritual o sagrada.
7 Al tratar los tocados o peinados, es expuesta la conexión sagrada entre la cabellera y el tonalli, éste último, una de las tres energías vitales que, según la filosofía nahua, yacía en la parte superior de la cabeza. Por tal razón, el arreglo y presentación de la cabellera en sociedad, tomó tanta importancia, mostrándose además, parte integral de la dignidad de hombres y mujeres. No en balde existía un estricto control sobre el tipo de tocados que debía utilizar cada estrato social, el cual la Dra. Claude se detiene a observar y describir, con especial atención en la estricta jerarquización al interior de la clase guerrera, tan íntimamente ligada a los estados militaristas.
Explicación:cata la técnica de tejido en curva que, las artesanas otomíes de la comunidad