primer texto: Los jóvenes son los que más padecen las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, y corren el riesgo de tener que seguir haciendo frente a los efectos de la misma a lo largo de toda su vida laboral, y de pasar a constituir una «generación de confinamiento». Según se desprende de datos recientes, los jóvenes se ven afectados de forma desproporcionada por la crisis de la COVID-19 y padecen sus consecuencias adversas en varios ámbitos, en particular, interrupción de sus programas educativos o de formación, pérdida de empleo y de ingresos, y mayores dificultades para encontrar trabajo. En una nueva encuesta a escala mundial realizada por la OIT (Organización internacional de Trabajo) y varios asociados de la Iniciativa Global sobre Empleo Decente para los jóvenes, se pone de manifiesto que más de uno de cada seis jóvenes encuestados ha dejado de trabajar desde que surgió la crisis de la COVID-19. Con respecto a los jóvenes que han mantenido su empleo, sus horas de trabajo han disminuido un 23 por ciento. Por otro lado, alrededor de la mitad de los jóvenes alumnos han manifestado que probablemente concluirán sus estudios con retraso, y el 10 por ciento prevé que no podrán terminarlos. La OIT aboga por que se adopten, a la mayor brevedad posible, medidas de respuesta a nivel político a gran escala, para evitar que los jóvenes padezcan consecuencias adversas a largo plazo en los planos educativo, formativo y profesional]
segundo texto: Luis, un joven de una ciudad de Huancavelica, desde hace un tiempo había decidido iniciar el negocio de la venta de bebidas calientes. Optó por este tipo de producto debido a que en su zona hace mucho frío, pues su pueblo está ubicado a más de 3 360 ms. n. m. El quiere aprovechar la abundancia de la cebada y de las hierbas medicinales, pero, sobre todo, a él le gusta preparar bebidas calientes para calmar las enfermedades como la tos, gripe, dolores estomacales, así como para atenuar el frío que es común en esa zona del país. Él cuenta con un espacio de su casa con salida a la calle, su casa está ubicada en una zona poco transitada y a dos cuadras de la plaza del pueblo. Para implementar su negocio, consigue una cocina, ollas, una mesa, un mantel de color muy llamativo, compra una docena de vasos de vidrio, consigue prestados seis bancos de plástico, y útiles de limpieza. Luego, pinta un gran letrero con el nombre de su negocio: “Bebidas calientes Lucho”. Un domingo, muy temprano, pone en marcha su negocio, todo está limpio y él, con un traje blanco, muy aseado, sale a ofrecer sus productos. daré bastante puntos si me ayudas
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necesito los puntos xd
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