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Respuesta:
Los coronavirus se descubrieron en los años 60 siendo importantes patógenos humanos y
animales, provocando distintas enfermedades que pueden ir desde un resfriado hasta una
neumonía. Hasta diciembre del 2019, se habían identificado seis tipos de coronavirus que pudieran
generar enfermedad en humanos, entre ellos los causantes de los dos brotes epidémicos
anteriores: el SARS coronavirus que apareció por primera en el año 2002 y el MERS-CoV, que se
identificó por primera vez en el año 2012 en el medio oriente. A finales de diciembre del 2019, se
identificó un nuevo coronavirus como el agente causal de un grupo de casos de neumonías en
Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China, denominándolo la Organización Mundial de la
Salud (OMS) en febrero de 2020, coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo
(SARS-CoV-2) y a la enfermedad que origina COVID-19, que significa enfermedad por coronavirus
2019. Desde Wuhan se extendió rápidamente, dando como resultado al inicio una epidemia en toda
China, seguida de un número creciente de casos en todo el mundo, generado la pandemia y
emergencia sanitaria actual.
Al ser una patología reciente aún se desconoce mucho de su epidemiología, transmisión,
tratamiento, etc. Se están realizando continuos estudios para profundizar en su conocimiento.
Los coronavirus se clasifican como una familia dentro del orden Nidovirales, que son virus que se
replican usando un conjunto anidado de ARNm. Están muy extendidos entre las aves y los
mamíferos, incluidos camellos, vacas, gatos y murciélagos, siendo los murciélagos los mamíferos
que albergan la mayor variedad de genotipos. En raras ocasiones, los coronavirus animales pueden
infectar a las personas y luego propagarse entre ellas, como ha ocurrido con el MERS-CoV,
SARS-CoV y ahora con el SARS-CoV-2.
Son virus de ARN de hebra positiva con envoltura de tamaño mediano cuyo nombre deriva de su
aspecto característico similar a una corona en microfotografías electrónicas. Tienen los genomas de
ARN virales más grandes conocidos, con una longitud de 27 a 32 kb. La replicación del ARN viral
ocurre en el citoplasma del huésped por un mecanismo único en el que la ARN polimerasa se une a
una secuencia líder y luego se separa y vuelve a unir en múltiples ubicaciones, lo que permite la
producción de un conjunto anidado de moléculas de ARNm con extremos 3 comunes.
La subfamilia de coronavirus animales y humanos se dividen en cuatro géneros distintos: alfa, beta,
gamma y delta. Los coronavirus humanos (HCoV) se encuentran en dos de estos géneros, el
género alfa y el beta coronavirus. El virus SARS-CoV-2 es un betacoronavirus, al igual que el
MERS-CoV y el SARS-CoV y los tres virus tienen su origen en los murciélagos
2 se produce principalmente a
través de gotitas respiratorias, similar al modo de transmisión habitual en la gripe. Además de por
gotas, el contagio puede ocurrir al tocar una superficie infectada y luego toca sus ojos, nariz o boca.
Las gotas generalmente no viajan más de unos dos metros y no está aún claro si puede
permanecer en el aire, ya que aunque en un principio se pensaba que el virus no permanecía en el
aire, un estudio reciente ha podido demostrar como el SARS-CoV-2 permaneció viable en aerosoles
en condiciones experimentales durante al menos tres horas.
Igualmente se desconoce cuánto tiempo sobrevive el virus en una superficie. El tiempo puede variar
en función de las condiciones (por ejemplo, el tipo de superficie, la temperatura o la humedad del
ambiente). Según un reciente estudio publicado en New England Journal of Medicine, el
SARS-CoV-2 puede sobrevivir hasta tres días en superficies de plástico y acero inoxidable y hasta
24 horas en cartón. Los resultados sugieren que el virus podría permanecer con capacidad de
infección durante ese tiempo en picaportes, teclados de ordenador, elementos del transporte
público, teléfonos móviles, o juguetes. En cambio, en superficies de cobre el virus apenas dura
cuatro horas.
En cuanto a la infectividad del virus, los niveles de ARN viral parecen ser más altos poco después
del inicio de los síntomas de enfermedad. Esto plantea la posibilidad de que la transmisión sea más probable en la etapa más temprana de la infección, pero se necesitan datos adicionales para
confirmar esta hipótesis