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Respuesta:
En otra parte (Gabaldon, 2006), he expuesto que
la sustentabilidad social es la capacidad de una población para generar la elevación permanente en el
tiempo, de la calidad de vida, sin desmedro del entorno natural. ¿Podemos decir que eso esta ocurriendo en el país actualmente? No más miremos lo que
esta sucediendo con los habitantes de la Gran Caracas, que constituyen cerca de un 20% de la población
de Venezuela. ¿Hay quien se atreva a aseverar que
la calidad de vida de los caraqueños no ha venido
disminuyendo de una manera ostensible durante los
últimos tiempos? ¿Qué estamos haciendo para mejorar el urbanismo de nuestras ciudades, donde vive
el 85% de la población? ¿Es posible tener una población socialmente estable, con los niveles de pobreza que existen en el país?
En cuanto a la dimensión económica, hay materia
para amplios comentarios. ¿Puede hablarse de un
crecimiento sustentable cuando se depende casi exclusivamente de la explotación de un recurso natural
agotable? Dicha situación se empeora, porque despilfarramos el ingreso petrolero en inversiones que
no son reproductivas. Esta no es una apreciación
novedosa, ya que ha estado en la dialéctica del desarrollo venezolano, desde la muerte del Dictador
Juan Vicente Gómez. La transición hacia un desarrollo con tal denominación, pasará necesariamente
porque tengamos éxito en la diversificación económica, tomando las debidas previsiones para lograr
una agricultura y una industria sustentable.
Otro tanto puede decirse en el ámbito político.
Las amenazas a la libertad son todo lo contrario de
lo que se necesita, para decir que una sociedad es
sustentable, en ese contexto. El desarrollo sustentable de Venezuela exige en la actualidad como asunto prioritario, el fortalecimiento de las instituciones
democráticas, el restablecimiento del estado de derecho, la separación de los poderes y darle marcha
atrás al temerario proceso de recentralización política y administrativa que se trata de imponer. Esto es
todo lo contrario de lo que esta ocurriendo.
Los venezolanos hemos sido inclementes con los
recursos naturales. Tenemos una de las tasas mas
elevadas de deforestación en la América Latina. La
contaminación de los cuerpos de agua dulce y de los
ecosistemas marino-costeros, ha sido muy extensa.
Nuestra principal industria, la petrolera, es fuertemente degradante del ambiente y perturbadora del
hábitat natural. En estas circunstancias, es muy difícil
hablar de sustentabilidad ecológica.
Expuesto a brochazos gruesos, este cuadro poco
alentador sobre la sustentabilidad de nuestro desarrollo, la agenda futura de los venezolanos debe quedar así, mas o menos definida. Tenemos que hacer
un gran esfuerzo para crear conciencia acerca de estos asuntos y sobre los enfoques con que debemos
abordar su solución. Es por eso que he mantenido,
que el desarrollo sustentable constituye una reinterpretación de todo el proceso de desarrollo, desde
una perspectiva profundamente ecológica y ética.
Una perspectiva que ha de considerar tanto la ecología natural, como la humana.
Por todo esto es que pienso también, que la Universidad tiene el deber de enseñar a la juventud estudiosa el significado y trascendencia del desarrollo
sustentable. Si creamos consenso sobre este nuevo
paradigma, nos será mas fácil reenrumbar una trayectoria de desarrollo que no luce viable y que esta
causando la perdida de un valioso capital humano,
social y económico.
Explicación: