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La guerra en el Tahuantinsuyo
La guerra es la continuación de la política por medios violentos, ya fuera para sofocar, los levantamientos o para realizar acciones de conquistas, frente al poderío y al orden del sistema Inca, a los curacas y señores de muchos pueblos no les quedaba otra cosa que el sometimiento pacífico. Sabían que la resistencia armada, con muy pocas posibilidades de victoria, así como la rebelión, eran objeto de crueles represalias. De esta manera, la sujección de obedientes colaboradores y de vastas tierras productivas fue lograda con la sola precencia del ejército y lo requerimientos del Inca.
El ataque era tan veloz como certero, primero atacaban los soldados con sus huaracas, lanzaban piedras; en segundo lugar marchaban los soldados armados con macanas, hachas; en tercer lugar formando la retaguardia iban los pisqueros con lanzas largas que apoyaban sobre el brazo izquierdo cubierto con una gruesa manta sobre la cual ajustaban el arma luego venía el choque entre los soldados; la consigna era vencer o morir era costumbre guerrear de día, el combate nocturno sólo en la noche de luna llena.Los vencidos que ponían resistencia, eran tratados con suma crueldad, se le llevaba al Cuzco en una marcha humillante, con sus armas, ropas e ídolos que cuando llegaban era pisoteados por el Inca.Los sinchis enemigos eran encerrados en los terribles Sancihuasi, horrendas mazmorras, donde había fieras, serpientes y toda clase de sabandijas. Cuando la represalía llegaba a sus extremos, hacían tambores con la piel de los vencidos, flautas con sus huesos, con sus dientes collares y con sus cráneos vasos para bebeer.En comparaión con los demás ejércitos que les hicieron frente, el Inca era muy superior, sobre todo por su organización y disciplina.
La guerra es la continuación de la política por medios violentos, ya fuera para sofocar, los levantamientos o para realizar acciones de conquistas, frente al poderío y al orden del sistema Inca, a los curacas y señores de muchos pueblos no les quedaba otra cosa que el sometimiento pacífico. Sabían que la resistencia armada, con muy pocas posibilidades de victoria, así como la rebelión, eran objeto de crueles represalias. De esta manera, la sujección de obedientes colaboradores y de vastas tierras productivas fue lograda con la sola precencia del ejército y lo requerimientos del Inca.
El ataque era tan veloz como certero, primero atacaban los soldados con sus huaracas, lanzaban piedras; en segundo lugar marchaban los soldados armados con macanas, hachas; en tercer lugar formando la retaguardia iban los pisqueros con lanzas largas que apoyaban sobre el brazo izquierdo cubierto con una gruesa manta sobre la cual ajustaban el arma luego venía el choque entre los soldados; la consigna era vencer o morir era costumbre guerrear de día, el combate nocturno sólo en la noche de luna llena.Los vencidos que ponían resistencia, eran tratados con suma crueldad, se le llevaba al Cuzco en una marcha humillante, con sus armas, ropas e ídolos que cuando llegaban era pisoteados por el Inca.Los sinchis enemigos eran encerrados en los terribles Sancihuasi, horrendas mazmorras, donde había fieras, serpientes y toda clase de sabandijas. Cuando la represalía llegaba a sus extremos, hacían tambores con la piel de los vencidos, flautas con sus huesos, con sus dientes collares y con sus cráneos vasos para bebeer.En comparaión con los demás ejércitos que les hicieron frente, el Inca era muy superior, sobre todo por su organización y disciplina.
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