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Respuesta:
La constitución de un sistema literario dominante desde los '70, conllevó, en España, diversidad de opiniones y multitud de publicaciones, entre
ellas, las antologías. Esta estrategia antológica que se instituye en la poesía
espafiola, con Gerardo Diego y su famosísima antología, obtuvo en los 70 su
época de plenitud. Garda Martín (1980) considera a los poetas del setenta
como "una generación en seis antologías": la de Castellet {1970), la de
Martín Pardo -que, como ya hemos visto, había publicado otra con
anterioridad a 1970-, la de Prieto (1971), la de Batlló (1974), la de Pozanco
(1976) y la de G.Moral y Pereda (1979). Este ritmo de publicaciones antológicas a lo largo de una década puede muy bien ordenar y delimitar con
mayor claridad el fenómeno de la poesía "novísima", aunque difícilmente
resuelva las contradicciones de un mosaico tan heterogéneo de personalidades que van desde Carnero a Villena, de un Leopoldo Ma. Panero a Luis
Alberto de Cuenca y de Gimferrer a Ullán, por mencionar algunos.
En este cuadro editorialista en el que caben no sólo los poemas antologados sino los intereses e ideologías de una época histórica de España,
representación aproximada, aunque inexacta, de todo un sistema literario y
social en los '70, podemos ubicar a Luis Antonio de Villena en la publicación
de Antonio Prieto -El espejo del amor y de la muerte, así se llamó esta
desafortunada publicación, que reunía entre otros a Javier Lostalé, Luis
Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena-, donde "el culturalismo
-dice Garda Martín- de estos poetas será (en comparación al "farragoso
prólogo" de Prieto) igualmente afectado hasta el extremo".
Esta categoría de no incluidos en la antología de Castellet o de Pardo,
refleja una suerte de subdasificación cuyas características oscilan entre las del
centro y las de la periferia de la estética dominante, exagerando en ocasiones
los rasgos en función de una identificación generacional y escapando, en
otras ocasiones, de los mismos hacia estéticas desplazadas. El caso de Lostalé,
por ejemplo, que sigue una línea menos novedosa en que se revela la continuidad de los hallazgos de Francisco Brines, figura que representa en Villena
una fuerte influencia para su posterior obra. Esta circunstancia -si bien los
sateliza- los deja -mucho antes de la crisis de los novísimos que se produjo entre los años 1973-1977- en una posición menos restringida por las
leyes operativas del sistema literario, y les posibilita -en el caso de Villenaabrirse hacia otras posturas éticas ante la lengua y la sociedad, y divergentes
problemáticas estéticas en la construcción de un discurso de la propia subjetividad, hasta el punto de dar un giro de 180° hacia el realismo.
368 CONSTRUCCION DE LA REALIDAD POÉTICA: EL POETA COMO PERSONAJE Y LA REALIDAD COMO FICCION: .••
El sistema literario y cultural de la España anterior a los del '70, inscribía, hegemónica, una estética realista -con sus muchas variantes-, y
libros como Señas de identidad de J. Goytisolo -junto a sus ensayos-,
como La inspiraci6n y el estilo de Juan Benet y como el pr6logo de Castellet
a la antología de los novísimos, constituyeron un verdadero asalto al poder
desde una estética que respondía a los cánones de un simbolismo formalista,
cargado de las teorías lingüísticas de la época que ponían en crisis la referencialidad del lenguaje. Se consolida de este modo un rechazo explícito -literario y teórico- al realismo. Es, por un lado, Benet el que en el ya mencionado libro de ensayos, afirma que el poeta es el un hombre "que reclama todo
del estilo y nada de la ciencia del significado"; y, por otro lado, es Goytisolo
el que anuncia que "las palabras no son los dóciles nombres de las cosas'', y
que el discurso viene a ser más importante que la historia, distinción de
Benveniste 1
, que Goytisolo aplica al rescate de una obra como Tiempo de
silencio, de Martín Santos, porque en ella se disuelve "el relato en el murmullo de su propio discurso".
Resumiendo la postura de Lanz (1994) 2
, entiendo que el sistema cultural de este período inmiscuye los hechos políticos en los culturales, bajo el
modelo idealizado de la II República y de los paradigmas de la llamada generación del '27, modelo político, estético y social construido dentro de la cultura franquista, y cuya emersión en Espafia produce un salto por encima de
40 afios de dictadura. En esta sincronía, la convivencia de los novísimos y de
los poetas postfranquistas deriva en una poética del silencio o en la "poesía
de la experiencia figurada" 3
, en cuya raíz germina la experiencia profunda de
una Espafia en tránsito hacia el modelo democrático europeo,neo capitalista.
El proceso de cambio de Villena, acompañado de una práctica artística que
ha ido forjando su imagen social, se inserta en este sistema cultural y opera
desde él en el momento de la escritura.
Respuesta:
hola me das ♔ CORONITA ♔
Explicación:
La Historia se construye con acciones que vivimos con conciencia, dirigidas al logro de un fin valorado, comúnmente se trata de los procesos para alcanzar la libertad. Podemos recuperar la vida de un pueblo (su historia), estudiando la narración literaria que se hace de ella. Mediante su lectura, nos acercamos a situaciones y épocas que no hemos experimentado y por identificación con los personajes (que reflejan vivencias de personas reales), es posible comprenderlas estéticamente.
otros datos
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MINI DATOS
Un personaje es cada una de las personas o seres ya sean reales o imaginarios que aparecen en una obra artística, ya sea teatral, cinematográfica o literaria. Suelen destacarse aquellos con aspecto humano o los seres conscientes de cualquier tipo, que se imagina que existen dentro del universo de una obra. Pero, además de personas, se hace referencia a cualquier otro tipo de ser vivo, animales y dioses, e incluso objetos inanimados a los que se da vida. Estos personajes son casi siempre el centro de los textos de ficción, especialmente las ficciones de ámbito cinematográfico o literario, así como las historietas. De hecho, es difícil imaginar una novela sin personajes, aunque ha habido experimentos en este sentido, como por ejemplo, (la obra Finnegans Wake, de James Joyce). En la poesía siempre hay algún tipo de persona presente, aunque generalmente como narrador u oyente imaginario.