Respuestas
Respuesta:
El número de horas de trabajo de los obreros en la Europa del siglo XIX fue muy variable, y sus condiciones laborales muy precarias, en función de la actividad desarrollada. En las fábricas algodoneras la duración de la jornada podía llegar a las quince horas. La duración de la jornada fue disminuyendo a lo largo del siglo XIX. Hacia 1870, los obreros ingleses trabajaban como media unas doce horas diarias y con pocos días de descanso. En la década de los años ochenta, la jornada se fue rebajando hasta las diez o nueve horas.
Explicación:
Respuesta:
El movimiento obrero luchaba, principalmente, para conseguir dos cuestiones: Mejores condiciones laborales. Entre las mejoras se encuentran, por ejemplo, mejores salarios, jornadas laborales acotadas y seguridad.
En 1886, en la ciudad de Chicago, Estado de Illinois, centro industrial sumamente importante, las condiciones de trabajo eran extenuantes y el movimiento obrero bregaba por conseguir el límite legal, llegando a la huelga en reiteradas oportunidades. La represión se manifestó con particular violencia.
En resumen, en la década de 1920 fueron los primeros años de organización y de manifestaciones serias del movimiento obrero centroamericano ligado a la producción agrícola e industrial de las inversiones bananeras; sus demandas estaban relacionadas con la organización gremial, las mejoras salariales.
Aunque este movimiento no cuestionaba la industrialización, sino que reclamaba mejoras en las condiciones laborales, las primeras manifestaciones del movimiento obrero se plasmaron en el ludismo: la destrucción de máquinas, a las cuales se las responsabilizaba de la pérdida de la capacidad adquisitiva.
número de horas de trabajo de los obreros en la Europa del siglo XIX fue muy variable, y sus condiciones laborales muy precarias, en función de la actividad desarrollada. En las fábricas algodoneras la duración de la jornada podía llegar a las quince horas. La duración de la jornada fue disminuyendo a lo largo del siglo XIX. Hacia 1870, los obreros ingleses trabajaban como media unas doce horas diarias y con pocos días de descanso.
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