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Respuesta:
El origen del hombre o antropogénesis, referido al origen o comienzo de la especie humana actual, remite a dos teorías muy distintas. En la antigüedad y durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la visión mítica y religiosa, la antropogonía, fue la más aceptada —a pesar de no contar con pruebas físicas—, y concibe, en general, el origen como un acto de voluntad de uno o varios dioses. Gracias al desarrollo de la ciencia se produjo un cambio de visión y el punto de vista mayoritario es el de la visión científica que sitúa a la especie como una más en la evolución biológica de los organismos de la Tierra, aunque los detalles de este origen y evolución son sujeto de estudio e investigación constante de las múltiples disciplinas científicas partícipes.
Explicación:
eoría de la evolución por selección natural de Darwin
Artículo principal: Teoría de la evolución
La visión científica del origen del hombre tiene su mayor hito en la obra del naturalista inglés Charles Darwin que sitúa a la especie humana actual (Homo sapiens sapiens) dentro de la evolución biológica de la selección natural y la selección sexual.
El origen del hombre
Artículo principal: El origen del hombre
El origen del hombre de 1871 (en inglés The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex) es el segundo libro sobre la teoría de la evolución de Darwin.1 Después de su libro de 1859, El origen de las especies escribió El origen del hombre, donde aplica la teoría de la evolución de la selección natural a la evolución humana hace especial hincapié en la importancia de la selección sexual. Aborda otros aspectos sobre psicología evolutiva, ética evolutiva, diferencias entre las distintas razas de seres humanos así como el papel dominante de la mujer en la elección de compañeros de apareamiento.2 Al final del libro indica cual es la principal conclusión en relación al origen del hombre:
«La principal conclusión a la que aquí se ha llegado, y que actualmente apoyan muchos naturalistas que son bien competentes para formar un juicio sensato, es que el hombre desciende de alguna forma altamente menos organizada. Los fundamentos sobre los que reposa esta conclusión nunca se estremecerán, porque la estrecha semejanza entre el hombre y los animales inferiores en el desarrollo embrionario, así como en innumerables puntos de estructura y constitución, tanto de importancia grande como nimia (los rudimentos que conserva y las reversiones anómalas a las que ocasionalmente es propenso) son hechos incontestables».3