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Respuesta:
Según la escala de pH en la que se encuentre el suelo, los elementos nutritivos pueden estar o no en condiciones de disponibilidad por la planta, e incluso afectar a su grado de toxicidad.
Para exponer de forma sencilla la incidencia del pH en la definición del suelo y su incidencia en los nutrientes, realizamos la siguiente clasificación:
Cuando el pH es inferior a 4,5, decimos que es extremadamente ácido y las condiciones del suelo son muy desfavorables.
De 4,5 a 5 es muy fuertemente ácido y existe una posible toxicidad por efecto del aluminio.
De 5,1 a 5,5 es fuertemente ácido y suele ir acompañado de deficiencia de Ca, K, Mg, N, P, S, Mo… exceso de Cu, Fe, Mn, Zn, Co y la actividad bacteriana en el suelo es escasa.
De 5,6 a 6 es medianamente ácido y es un suelo adecuado para la mayoría de los cultivos.
De 6,1 a 6,6 es ligeramente ácido y es donde se encuentra la disponibilidad máxima de nutrientes.
De 6,6 a 7,3 es neutro y los efectos tóxicos de los elementos son mínimos.
De 7,4 a 7,8 se denomina medianamente básico y por lo general hay carbonato cálcico en el suelo.
De 7,9 a 8,4 es básico y disminuye la disponibilidad de P y Bo, además de una deficiencia creciente de Cu, Fe, Mn, Zn. Co. Aparece la clorosis férrica.
De 8,5 a 9 es ligeramente alcalino y aparecen los problemas mayores de clorosis férrica.
De 9,1 a 10 es alcalino y existe la presencia de carbonato sódico en grandes cantidades.
Por encima 10 es fuertemente alcalino y conlleva un elevado porcentaje de Na intercambiable. La actividad microbiana escasa y hay poca disponibilidad de micronutrientes, excepto del Mo.
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