• Asignatura: Historia
  • Autor: qugkio
  • hace 3 años

Thomas Hobbes, pensador inglés (1588-1679), sostenía que los seres humanos, en el estado de naturaleza, no
eran pacíficos y estaban en peligro de muerte cuando no existía una autoridad que ponga orden: estaban
inmersos en peleas constantes por los alimentos o por el territorio, que los llevaba a matarse unos a otros. Por
lo tanto, los individuos tenían que transferir todo el poder de gobierno en un soberano supremo, que
garantizara la paz y la tranquilidad. Según Hobbes, el poder del gobierno era indivisible y podía residir en un solo
hombre o bien en una asamblea; esta podía estar compuesta por todos los individuos o solo por algunos.
El contexto histórico en el que Hobbes elabora sus ideas políticas estuvo fuertemente marcado por la violencia
desatada en Gran Bretaña en la primera mitad del siglo XVII a causa de las guerras civiles. De ahí que este autor
se interesa por analizar cómo las pasiones humanas en estado de naturaleza llevaban a la violencia y justificaban
la monarquía absoluta.
John Locke (1632-1704) que también vivió las guerras civiles en Gran Bretaña, que, de cierto modo, marcaron su
pensamiento. Sostenía que los seres humanos, en el estado natural, eran pacíficos y libres, estaban dotados de
razón y tenían derechos naturales: la vida, la libertad y la propiedad. En principio, los hombres tienden a vivir en
paz. Sin embargo, se trata de una paz precaria que puede ser fácilmente alterada porque las personas viven “sin
un poder terrenal, común y superior a todos, con autoridad para juzgarlos”. Debido a esta falta de autoridad que
haga de árbitro, las situaciones de conflicto en las que se usa la fuerza o se manifiesta la intención de usarla
desemboca en un estado de guerra.
En consecuencia, los hombres tratan de “unirse en Estados y ponerse bajo un gobierno” con el objetivo de
preservar sus vidas, sus libertades y sus posesiones. A través de un contrato, los individuos ceden la posibilidad
de obrar por sí mismos y crean una autoridad capaz de proteger sus derechos. La función del gobierno era
resguardar esos derechos evitando los abusos y la concentración de poder; Locke consideraba que la mejor
forma de hacerlo era mediante la división del poder del gobierno en un rey y un parlamento. El parlamento era
el lugar que representaba la soberanía y la voluntad popular, y donde se debían redactar las leyes. El rey era el
encargado de ejecutarlas y de administrar la justicia.
Rousseau que vivió en el siglo de las luces, retomó la idea de contrato de los pensadores ingleses del siglo
anterior, pero estableció grandes diferencias. El estado de naturaleza corresponde a un estado de felicidad en el
que las personas viven libres e iguales dado que “el hombre es bueno por naturaleza”. Esta armonía natural y
sincera, sin embargo, se corrompe cuando aparece la propiedad privada, el origen de todos los males y
desigualdades. En esta situación negativa se celebra un primer contrato que da lugar a las sociedades, en las que
existe un Estado al servicio de los que más tienen, sosteniendo la propiedad privada y aumentando las
desigualdades. Rousseau afirma que la celebración del contrato fue engañosa y el Estado social que surge es
perverso, ya que la protección de los derechos individuales y de la propiedad privada no es suficiente para
alcanzar el bien común.

Mientras que para los pensadores ingleses la sociedad surge de un cálculo racional y egoísta (renunciar al uso de
la fuerza porque solo así cada individuo logra preservar su vida y sus intereses), para Rousseau se debe pensar
que “la sociedad es una asociación, no una suma”. Ella supone la idea superior de bien común, de sentido de
solidaridad y de patriotismo.
Para salir de la situación negativa y organizar una nueva sociedad, los hombres deben celebrar un segundo
contrato social mediante el cual cada uno se entrega a la comunidad. Así, generan otra forma de asociación
regida por la voluntad general, capaz de expresar el interés colectivo, un interés superior a los intereses
individuales.
El Estado, para este pensador iluminista sería la expresión de la voluntad general y la soberanía esta puesta en el
pueblo y no en el monarca. La forma ideal de ejercer el gobierno es la democracia directa; la voluntad general se
encarna en las decisiones unánimes tomadas en asambleas de las que participan todas las personas.
¿Por qué Hobbes justifica la monarquía?
¿Por qué Locke habla de “una paz precaria”?
¿Por qué en la teoría de Rousseau se celebran dos contratos?

AYUDA PLIS

Respuestas

Respuesta dada por: pablo76r
1

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Explicación:


qugkio: ?q
Respuesta dada por: 989819815
0

Respuesta:

aaaaaaaaaaaa fc r da se k Ruy eh ft

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