• Asignatura: Historia
  • Autor: lanenalilu23
  • hace 3 años

Cuál es el comportamiento de la sociedad actual?​

Respuestas

Respuesta dada por: ramon987servilio
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Respuesta:

A pesar de sus carencias, limitaciones y contradicciones, la juventud actual  está  considerada como un valor en sí misma. Su influencia social es mayor que en épocas anteriores, como lo prueba que es noticia diaria en los medios de comunicación. Últimamente impone sus gustos, aficiones, forma de hablar y de vestir, etc. a personas de otras edades. Además, sus demandas tienen mucho eco (aunque no siempre sean atendidas).  Hoy  ser joven es un valor que se vende muy bien. En todos los grandes almacenes existe una “sección joven”, en la que se puede comprar ropa joven, mueble joven, música joven…

La creciente influencia social de la juventud sería una buena noticia si significara que los mayores son  jóvenes de espíritu y  obran en función de ideales. Pero no suele ser  así.  Muchos adultos se sienten incómodos ante la fuerza social de los jóvenes, hasta el punto de ceder en sus propios principios y  costumbres. Aceptan dócilmente el lema de vivir para sí mismos y divertirse a tope. Esta conducta está fomentada por las ideologías del “nuevo individualismo”, que promueve la  “moral de la tolerancia”, según la cual  la bondad de los actos se fundamentaría en el deseo y no en la norma moral.

Para presentar de forma atrayente los nuevos “valores” el individualismo recurre a la manipulación del lenguaje. Las debilidades y defectos  más primarios del ser humano se disfrazan con eufemismos. Por ejemplo, el egoísmo es “autorrealización”, mientras que el impudor es “sinceridad”. Y si se prueba que algún comportamiento es realmente un  error o un defecto, se atribuye  a un “déficit de autoestima” o a una dificultad de “adaptación”. Las conductas inmorales serían “desajustes psicológicos”. La psicología sustituye a la ética; por eso algunas personas están cambiando el confesor por el psicólogo.

Todo esto refleja que la sociedad vive actualmente un proceso de juvenalización. Consiste en que los mayores copian el comportamiento de los jóvenes,  tanto porque se ha puesto de moda como porque no se resignan a vivir en su edad. Naturalmente, se exponen a hacer el ridículo y a correr peligros, como, por ejemplo, cuando pretenden practicar deporte de alta montaña con más de 65 años.

He visto con asombro un anuncio dirigido a  “abuelos Jóvenes”  en el que se les propone comprar un auto deportivo descapotable con dos plazas (en el que no caben los nietos) con este slogan: “lo que siempre quisiste tener; te lo mereces”. Otro ejemplo: se les ofrece un  carísimo viaje turístico en el que por fin  tendrán la oportunidad  de bailar con la música y el ritmo de los jóvenes de ahora.

La pretensión de vivir como los jóvenes está  provocando que aflore en los mayores la personalidad de Peter Pan, el niño egocéntrico y narcisista que permanece oculto dentro de nosotros mismos y se resiste a decirnos adiós.

El infantilismo y la mentalidad adolescente de muchos adultos se suele observar incluso en algunas fiestas familiares, en las que tanto  los hijos como los  padres están más pendientes de los móviles que de conversar entre sí.

Hoy conviene  recordar unas palabras de Paul Claudel: “la juventud no se hizo para el placer, sino para el heroísmo”. Y otras de Gustav Thibon: “la juventud tiene su verdad y su belleza mientras dura. Si se intenta estirarla más allá de sus límites, se hace crónica, como algunas enfermedades. Al querer agarrarse demasiado al fugitivo brillo de la juventud  se corre el riesgo de caer en un estado semineurótico, el de la fijación del pasado. Y de ahí a no saber acoger los preciosos dones de la madurez y de la vejez”.

La situación en la que viven los “peterpanes” mayores suele provocarles alteraciones emocionales, como la ansiedad y la depresión. Además, al no asumir compromisos y responsabilidades, tampoco obtienen logros personales, lo que afecta negativamente a su autoestima.

Uno de los candidatos a ser “peterpan” vitalicio es el adolescente que pasa de  ser sobreprotegido y mimado por su madre a serlo por su esposa. Se le reconoce por estos síntomas: mucha necesidad de ser atendido; centrado en sí mismo; culpar a otros de  sus propios errores.

Otro candidato es el que tuvo una infancia muy feliz o, por el contrario muy infeliz. En  el primer caso la función del síndrome de Peter Pan es perpetuar esa infancia dichosa; en el segundo caso es recuperar la infancia que le fue robada.

La inversión de valores en la sociedad actual, colocando en la cúspide de la pirámide axiológica  la utilidad y el placer es una fuente de desesperanza.  Lo diré con unas palabras de A. Llano: “el  hombre no sólo tiene hambre de pan o de poder: tiene, sobre todo, hambre de sentido”.

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Respuesta dada por: angelatorrres2715
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en biología, psicología, sociología, es el comportamiento o conducta dirigida hacia la sociedad o que tiene lugar entre miembros de la misma especie (relaciones intraespecíficas). Los comportamientos o conductas que se establecen como relaciones interespecíficas (como la depredación, el parasitismo o la simbiosis) involucran a miembros de diferentes especies y por lo tanto no se consideran sociales. Mientras muchos comportamientos sociales intraespecíficos son parte de una comunicación (comunicación animal) pues provocan una respuesta, o cambio de comportamiento del receptor, sin actuar directamente sobre él; la comunicación entre miembros de diferentes especies no se considera comportamiento social. La forma más original del comportamiento social humano es el lenguaje humano.

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