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Imagine una empresa con un excelente producto, precios competitivos, ambiciososplanes estratégicos y presupuestos claros, pero que sufre de una altarotación de personal, desajustes de inventario, conflictos entre susmiembros, o &flashquotmisteriosas situaciones&flashquot en las que nadie parece ser responsablede los problemas. ¿Le suena conocida?
Independientemente del nivel de sofisticación en laadministración de una empresa, la actitud y comportamiento de laspersonas que ahà laboran influyen de manera determinante en laefectividad y prosperidad de la misma. Aunque tengamos la tecnologÃamás avanzada, la mejor infraestructura instalada, el mejor producto bienposicionado, altas ventas y muchos otros factores de éxito, no debemosolvidar que si nuestro elemento humano piensa, se siente y se comporta demanera destructiva, eso es lo que marcará el destino de toda laorganización.
Actitudes en Cascada
La cultura de una organización emana de la dirección y de losfundadores de la empresa; ellos son quienes tienen la responsabilidad deinspirar y establecer un compromiso con quienes los rodean: trabajadores,mercado, distribuidores, competencia, gobierno y sociedad en general. Pero,para lograr una actitud de cooperación, el elemento humano es crucial.
&flashquotSi nuestra empresa está desalineada con su entorno,&flashquot afirma FernandoMenéndez González, autor de un nuevo programa de éticaorganizacional, &flashquotsi ignoramos las verdaderas necesidades de los clientes, laopinión del público, las restricciones ecológicas, lastendencias sociales y otras fuerzas ambientales, tarde o temprano tendremosresultados como baja en las ventas, problemas legales, imagen negativa, bajaproductividad y muchos dolores de cabeza.&flashquot
Menéndez sabe esto por experiencia; es asesor empresarial ycatedrático en varias universidades de la ciudad de México,asesor empresarial con experiencia en ventas y servicio a clientes.Recientemente realizó un estudio sobre la importancia de la éticaen la cultura organizacional, proponiendo un programa práctico paraestablecer este compromiso moral en la organización. &flashquotDe ladetección de problemas reales como abusos de confianza, falta delealtad, conflictos humanos crónicos y otros, surgió la necesidadde aplicar la ética en la cultura organizacional como factor de cambio&flashquot,explica Menéndez.
Se trata de crear un sistema de valores, creencias y prácticas que nospermitan ser rentables, a la vez que producimos algo bien recibido y aceptadopor todos los que intervienen en el proceso. El resultado de este esfuerzo setraduce en más ventas, mejores cobranzas, mayor satisfacción delos clientes (y su lealtad), y más utilidades.
TodavÃa muchos empresarios tienden a concentrarse en los sÃntomasde los problemas o en lo urgente. Como consecuencia, quedan rezagados elementoscomo el liderazgo, la responsabilidad y la visión. Con el afán devender más, no nos preocupamos por ver si el consumidor es atendidocorrectamente y si queda satisfecho, o si el trabajador se estádesarrollando personal y profesionalmente. Nadie duda de que una mala actitudcon los clientes, o esas misteriosas mermas de mercancÃa o actitudespoco cooperativas del personal pueden provocar una mala influencia en lasutilidades. Sin embargo, parece ser que no nos damos cuenta que, lamayorÃa de las veces, esos son los sÃntomas de unafilosofÃa organizacional que ha descuidado el elemento humano.
Filosofia Rentable
Quizá se pregunte cómo obtener resultados financieros aceptables,mantener a su compañÃa en niveles competitivos y, al mismotiempo, estar comprometido con prácticas éticas.
Para empezar, usted debe contar con una alta dosis de paciencia, disciplina,convicción, y saber comunicar estos hábitos a todas las personasque trabajan con usted. Para ello, Menéndez propone cinco principioscentrales del comportamiento ético: