¿De qué material puedo Construir mi casa para estar fresco en verano y abrigada en invierno y por que?
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Respuestas
Respuesta:
Explicación:
1- El sol es lo que hace que tu casa esté caliente en verano, cierra las persianas.
A veces pienso que todo el mundo debería saber cómo se calcula una instalación de aire acondicionado. Sus resultados son tan sorprendentes que se agradecería el beneficio de su conocimiento. Un 80% del calor que se produce en el interior de una vivienda en verano es debido al sol que entra por las ventanas. Si cierras las persianas vas a evitar que los muebles, el suelo, las cortinas, los armarios de tu habitación acumulen calor, que luego desprenden durante la noche, cuando ya no haga sol. Existe un término que se utiliza al calcular aire acondicionado que es justo ese “acumulación de calor inercial”. Colocas una piedra al sol durante todo el día en verano y por la noche seguirá emitiendo calor durante un buen rato, proporcionalmente al tamaño de la piedra. Así que si cierras las persianas, lo único que se calentará será la persiana, no el resto del mobiliario.
2- Es sol es lo que hace que tu casa esté caliente en invierno, abre las persianas.
La influencia del soleamiento es muy baja en invierno. Cuando se instala aire acondicionado hay que tener en cuenta el calor que el sol deja en el interior de los locales. Cuando se instala calefacción no se tiene en cuenta. El porcentaje de soleamiento en invierno es extremadamente bajo. Pero, ¿por qué no aprovecharlo? Si la orientación de tu casa es buena, puedes conseguir una buena acumulación de calor en los materiales del interior.
Estos son los principios en los que se basan las fachadas ventiladas y las dobles fachadas. La fachada ventilada establece una zona donde el aire se calienta, tras la primera fachada, evitando que se traslade a la segunda. Gracias a la ventilación dicho calor se evacúa por efecto chimenea.
3- Los materiales pesados aguantan y almacenan el calor.
Muros de hormigón, textiles como alfombras o cortinas pesadas, muebles. Todos los productos que tengan una densidad alta van a acumular el calor y mantenerlo durante mucho tiempo. El ejemplo perfecto que ilustra esto es la falsa concepción de que la piedra aisla muy bien contra el frío (por eso en Galicia las casas son de piedra). Es falso: un centímetro de espesor del peor aislante es equivalente a un muro de piedra de un metro de espesor.
Lo que sucede es que el frío tarda mucho en entrar, igual que el calor. Imagina un día de verano en el que el sol caliente la catedral de Santiago. El interior seguirá frío hasta la noche, en la que el interior estará más caliente que el exterior.
Así que según donde esté situada tu casa y la orientación de las habitaciones puedes escoger los materiales y los textiles para que sean frescos en verano y cálidos en invierno, incluso cambiarlos con la época del año, como hacemos nosotros con la ropa.
4- Tu eres un pequeño radiador con patas, calientas en verano y en invierno.
Las personas sentadas emitimos unos 100 W, más o menos 100 kcal/h (redondeando mucho), como uno de los elementos del radiador que está instalado en cualquier local. Así que si tienes frío en invierno invita a tus amigos a casa, o mejor, que te inviten a tí. En verano lo mejor que puedes hacer es irte de vacaciones y que otro aguante el calor de tu casa.
Ya sin bromas, existen otros conceptos que influyen en el calor que tenemos en el interior de nuestra casa y con los que no solemos contar.
El número de personas y la actividad que están realizando.
Las luminarias que tenemos encendidas.
Las máquinas: ordenador, televisión, horno, nevera, consola…
Piensa cual puedes evitar y tras un período de práctica conseguirás ahorrar unos vatios aquí y allá.
5- Ventila con cabeza, no te pases ni te quedes corto.
La ventilación es básica, no tiene sentido morir asfixiados en nuestro propio CO2, por muy calentitos que estemos. Desde la entrada en vigor del código técnico es obligatorio ventilar todos los locales que ocupen las personas. Lo que ha sucedido es que la ventilación se ha radicalizado, se ha polarizado hacia los extremos. O bien existen casas donde la ventilación es muy baja o bien se ha establecido un absoluto vendaval.
Si cuentas con una instalación de ventilación deberías poder establecer algún tipo de programación para maximizar su rendimiento y adaptarlo a tu forma de vida y tus horarios.
Si no cuentas con ninguna y sigues utilizando el sistema de abrir las ventanas: debes ser listo y comprobar cómo puedes establecer una corriente en verano que se lleve el calor de tu casa, (justo cuando el aire de la calle esté más frío que el del interior). Uno de los errores más habituales cuando hace calor es que siempre se abren las ventanas, y puede ser que el aire que dejamos entrar esté más caliente que el que ya tenemos. Por eso debemos ventilar por la noche en verano. En invierno buscamos otra cosa. La hora de ventilar es al mediodía, cuando la temperatura sea más alta durante el día.