Respuestas
Respuesta:
Explicación:
El aceite de trufa es un buen ejemplo de una extraña incoherencia entre la expectativa y la realidad. Por un lado, en todas las botellas figuran abiertamente los ingredientes: aceite de oliva, saborizantes artificiales y naturales (por ejemplo, hongos comestibles y trufas). Por otro lado, muchas personas aún están seguras de que se trata de un producto costoso y de buena calidad. Primero lo más importante. El aceite de oliva se tiene que mantener en un embalaje donde no penetre la luz; por eso las botellas transparentes que intentan alardear de poseer cortes de trufa en su interior de por sí ofrecen un producto de mala calidad. Pero dejando este aspecto de lado, el principal componente aromático del aceite de trufa es el 2,4-ditiapentano, también conocido como sulfuro de trufa. Es un compuesto sintético con aroma a trufa. Es decir, en el aceite de trufa no hay nada malo. Pero es importante comprender que no se trata de un aceite con verdaderas trufas, sino de un aceite al que se le agrega un aditivo sintético.
Cada vez que alguien aconseja sacar un bistec del refrigerador y esperar cerca de 30 minutos antes de cocinarlo, un científico se enfurece. Diversos estudios demostraron que diferenciar dos pedazos de carne similares, uno de los cuales se colocó en la sartén directamente al salir del refrigerador, mientras que el otro estuvo dos horas a temperatura ambiente antes de ser cocinado, es imposible. Además, ambos se prepararon con la misma temperatura de cocción