I.
Aquel día me demoré en la calle, ¡había llegado el circo!, ese es el barrista, decían unos, aquel es el domador decían otros, este es el payaso dijo alguien. Luego un hombre cogía de la mano a una niña blanca, muy blanca, sonriente de rubios cabellos y morenos ojos. Cuando me di cuenta ya estaba obscureciendo, al llegar a casa todos me llamaron la atención mi hermano mayor, y luego mi madre ¿estas son las horas de venir? Me dijo.
Entre a mi cuarto con la cabeza inclinada, poco después acudió mi madre, me riño blandamente y entonces tuve claro concepto de mi falta, ¡cuán dulces eran sus palabras de mi pobrecita madre!, ella me dio un beso en la frente, qué buena era mi madre que sin castigarme me había perdonado.
II.
Aquella noche soñé con el circo. Llegó el sábado mi padre ¡había traído entradas!, en un sobre se las dio a mi madre. Mi hermano mayor leyó el programa, entre ellas estaba la presentación principal, del “vuelo de los cóndores”, ejecutada por la pequeñísima artista Miss Orquídea. Me dio una corazonada era la niña frágil y delicada que iba a realizar aquel prodigio.
III.
¡El “convite”! ¡El “convite”!, gritaba mi hermanita. Salimos a la puerta, tocaba sonoro la banda y los artistas que se iban a presentar, entre ellas estaba montada en un caballo, Miss Orquídea, la bellísima criatura, que sonreía tristemente. Una nube de polvo los seguía y nosotros nuevamente entramos en casa.
IV.
Nos dirigimos presurosos al pueblo, allí en un inmenso corralón, levantábase la carpa del circo, había mucha gente, la banda empezó a tocar, salieron todos los artistas entre ellos Miss Orquídea con su admirable cuerpecito, vestido de punto, con zapatillas rojas sonreía. Salió el barrista, pasó Miss Blutner corriendo en su caballo, salió Míster Glandys con su oso, pirueteo el mono, posteriormente al terminar el segundo entreacto el público exclamo: ¡El Vuelo de los Cóndores!
V.
Apareció Miss Orquídea, se ubicó en el estrado, la prueba consistía en que la niña tomase el trapecio y colgada de él atravesaba el espacio donde otro trapecio lo esperaba debiendo en la gran altura cambiar de trapecio y detenerse nuevamente en el estrado opuesto. ¡Cuánto habría dado yo porque esa niña rubia y triste no volase!, termino el acto y todos aplaudieron. Pero el hombre que la traía en el muelle de la mano habló unas palabras con los otros. La prueba iba a repetirse. En este segundo intento, Miss Orquídea, cogió mal el trapecio se soltó a destiempo, titubeo un poco, dio un grito profundo, horrible, pavoroso y cayó como una avecilla herida en el vuelo, la malla amortiguó la caída pero estaba herida y escupía sangre, se la llevaron.
VI.
Recordaba con tristeza a la dulce niña, la imaginaba escupiendo sangre, el sábado siguiente, con mi hermana oímos música: ¡El convite! ¡Los volatineros!, salimos a ver pero ya no pasó Miss Orquídea, tan solamente su caballo que llevaba un listón negro en la cabeza. Entre a mi cuarto y llore la ausencia de la pobrecita artista.
VII.
Pasaron los días, un día cuando volvía a la escuela vi en la terraza de una casa sentada a una niña pálida, muy delgada, mirando desde allí al mar, ella era ¡Miss Orquídea!, ¡cuán enferma debía estar!, me acerque y así durante ocho días nos mirábamos pero no nos hablábamos, nos sonreíamos mudos y yo estaba mucho tiempo a su lado. Al noveno día me acerque a la casa Miss Orquídea ya no estaba corrí al muelle, seguramente ya se iba, me miró en los ojos y dulcemente me dijo: Adiós, adiós, mis ojos la vieron bajar en manos de Kendall al botecillo inestable, y ella me miro triste con los ojos húmedos sacó su pañuelo y la agitó mirándome, yo lo salude con la mano y así se fue esfumándose.
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Que largo, ¿cuales son las preguntas?
karinagarciavalladol:
ninguna
Respuesta dada por:
0
Respuesta:
Hola hermana te hablo de Corea espero que estés bien
Preguntas similares
hace 2 años
hace 5 años
hace 5 años
hace 7 años
hace 7 años