Respuestas
Respuesta:
Explicación:
En una sociedad como la nuestra, en donde la pérdida de valores se hace cada vez más evidente, es imprescindible fomentar la educación en valores en las familias. De acuerdo con el pediatra puericultor Darío Botero Cadavid, “nuestra sociedad a lo largo de la historia ha estado en constante transformación, especialmente en los últimos 40 años los nuevos conceptos y paradigmas sociales se han marcado de manera acelerada, de forma tal que el conjunto de valores que se da en la sociedad ha cambiado y, en especial, los valores morales. Hoy en día, este proceso se ha paralizado, ha dejado de fluir. Nos encontramos con que los valores han dejado de estimarse en la medida justa que deben apreciarse. Vivimos, sin duda, una crisis de valores que genera una crisis social”.
Educar en valores
Los valores morales, entendidos como la agrupación de creencias, costumbres y normas de una sociedad o familia y que una persona adopta para orientar su conducta a diario, componen el filtro ético que esta tiene, por lo tanto, inciden indiscutiblemente en sus relaciones interpersonales y en su papel en la sociedad.
Existe una gran cantidad de valores morales que ayudan a enaltecer y hacer mejor a una persona, entre ellos podemos destacar la bondad, la generosidad, el amor, la lealtad, la gratitud, el respeto, la perseverancia, la dignidad, la honestidad, la humildad y la responsabilidad. Sin duda, aplicar algunos de ellos o todos en nuestras vidas nos hará una existencia y convivencia más placentera y armoniosa.
El valor moral lleva a la construcción del ser humano, lo perfecciona de manera tal que lo hace más humano, por ejemplo, la humildad hace al hombre más noble y respetuoso de los demás; mientras que la responsabilidad crea individuos más comprometidos consigo mismos, con las tareas por desarrollar y con la sociedad.
Para Botero, “la humildad distingue a las personas que se valoran a sí mismas en la medida adecuada; son aquellas que no se creen superiores ni inferiores a los demás, reconociendo su justo valor sin jactarse ante el entorno en el que se desenvuelven, pues sus acciones hablarán por ellas mismas. En esta sociedad algunas personas consideran que la humildad significa proceder como si importáramos menos que los demás, como si los logros carecieran de merecimiento”.
Por otro lado, “la responsabilidad es la posibilidad que tiene cada individuo de reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente, independiente de la edad. Un individuo responsable es capaz de enfrentar con interés, creatividad, inteligencia, esfuerzo y convencimiento los diferentes retos que le plantea la vida de acuerdo con su edad. Para el adulto será su trabajo y acompañamiento en la crianza; para el niño, sus deberes en casa (recoger los juguetes después de que los utilizó, asistir al colegio, etc.)”, agrega.
Educar en valores de humildad y responsabilidad les ayudará a los padres en la formación de sus hijos para que no se conviertan en individuos caprichosos, superficiales, materialistas, manipuladores o arrogantes. De igual forma, al establecerles responsabilidades a los hijos, se les enseña a estos a valorar los esfuerzos y a establecer límites en la adquisición de las cosas.
La virtud de la humildad
ninez2No se debe confundir la humildad con el significado de bajeza, carencia o humillación, sino con aquella “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.
La humildad es uno de los valores primordiales en la educación de los niños, por cuanto les enseña el respeto por los demás, a no infravalorar a nadie, a no considerarse superior, a valorar a los demás por lo que son y no por lo que tienen, y a apreciar lo que poseen. Una persona humilde se destaca por su capacidad de apreciar el valor de las personas y de las cosas. Son seres humanos considerados, serviciales, compasivos y solidarios.
,