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El cristiano que vive de la fe, debe fundar su conducta moral sobre su fe. Y puesto que el contenido de ésta, Jesucristo, el revelador del divino amor trinitario, tomó la figura del primer Adán y asumió tanto su falta como también las ansiedades, las perplejidades y las decisiones de su existencia, el cristiano está seguro de reencontrar en el segundo Adán al primer hombre con toda la problemática moral que le es propia. Jesús mismo tuvo que escoger entre su Padre y su familia: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?» (Lc 2, 48). Así el cristiano determinará las opciones profundas de su vida a partir del punto de vista de Cristo, o sea, de la fe. Una ética que procede de la luz de la Revelación en su plenitud y que, a partir de allí, remonta las etapas anteriores, no puede ser calificada propiamente como «descendente» por oposición a una ética «ascendente» que partiría del dato antropológico considerado como primer fundamento.
Tampoco puede tachársela de «ahistórica» por el hecho de que coloca al evangelio antes que la Ley del Antiguo Testamento. Solamente el término determina y esclarece el camino, incluso, y de manera especialísima, el camino de la historia de la salvación con su singular característica que es la de ser, a la vez, un sobrepasar (según el aspecto subrayado por Pablo) y una realización (según la óptica de Mateo y Santiago). Ciertamente, desde el punto de vista histórico-cronológico, las tesis 5-6 hubiera debido colocarse antes de las tesis cristológicas, y las tesis 7-9 aún antes de aquéllas. Pero el cristiano vive de hecho en un tiempo específicamente escatológico y debe esforzarse sin cesar por sobrepasar lo que en él mismo pertenece a las etapas previas a fin de llegar a lo que pertenece al tiempo definitivo. En esto el cristiano se avecina a Cristo, que vivió su obediencia al Padre no solamente bajo el modo profético e inmediato, sino también en la fidelidad a la Ley y por la «fe» en la promesa.
Espero haberte ayudado ;)
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hl grcias por los puntos