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Respuesta:
Escoge un tema que puede ser: creación de mundos imaginarios y/o los sentimientos.
Elige un espacio simbólico, en el que se centrara el poema; puedes elegir entre la noche, la luna, el viento, un cementerio, el sol, las olas del mar, la niebla, Grecia antigua, entre otros.
Deja que tu inspiración y tu imaginación vuelen, pues la poesía romántica no tiene una estructura definida, es libre.
Busca que tus palabras tengan musicalidad y ritmo.
Para que tu poema suene mejor, agrégale un estribillo.
El Romanticismo se caracterizó por:
La exaltación de los valores del yo, de la subjetividad y las emociones por encima de la razón y del clasicismo. Esto fue retomado y llevado al máximo por el surrealismo, años después.
La valoración de lo onírico, lo fantástico, lo folklórico y de figuras pesadillescas como el monstruo, el vampiro o la amada difunta. Esta característica originó al gótico, tiempo después.
La proposición del genio del artista como creador de un universo propio e irrepetible.
La valoración de la originalidad y la creatividad en contra de la repetición de los moldes clásicos provenientes de la antigua Grecia.
La búsqueda nostálgica de paraísos perdidos.
La valoración de la obra imperfecta e inacabada por encima de las obras concluidas, cerradas y milimétricas.
El culto al carácter nacional o volkgeist (del alemán: espíritu popular), que condujo a la exaltación de la superstición y de los relatos despreciados por el espíritu ilustrado.
La valoración de lo exótico y lo extravagante, de lo feo y lo monstruoso, alejándose de la perfección clásica de formas de la cultura grecorromana.
La exaltación de la naturaleza y el campo (comprendidas como la pureza), por encima de la civilización y la ciudad (comprendidas como la corrupción).
La revaloración de la Edad Media y del imaginario cristiano.
Ejemplos:Llora en silencio mi alma solitaria,
excepto cuando esté mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.
Es la llama de mi alma cual aurora,
brillando en el recinto sepulcral:
casi extinta, invisible, pero eterna…
ni la muerte la puede mancillar.
¡Acuérdate de mí!… Cerca de mi tumba
no pases, no, sin regalarme tu plegaria;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que has olvidado mi dolor.
Oye mi última voz. No es un delito
rogar por los que fueron. Yo jamás
te pedí nada: al expirar te exijo
que sobre mi tumba derrames tus lágrimas.