Respuestas
Respuesta:Ante la situación actual generada por la pandemia por coronavirus COVID-19, y las medidas
establecidas por los organismos oficiales, es habitual que tanto los niños como los adultos
que les rodean manifiesten incertidumbre, miedo e indecisión ante una situación en
continuo cambio. Tras una reacción inicial de posible entusiasmo por la suspensión de las
clases, empezarán a aparecer el aburrimiento, la impaciencia, la soledad, la dificultad de
los padres para compatibilizar el cuidado de los niños con el trabajo, o para establecer
límites. A continuación, se tratan de explicar algunos conceptos y se sugieren consejos al
respecto.
Situaciones, sentimientos y emociones habituales
• Incertidumbre: el continuo flujo de noticias, los rumores, las contradicciones y las
recomendaciones oficiales conllevan de forma necesaria momentos de pánico e
indecisión tanto en los niños directamente, como en los adultos a su alrededor.
Además de la limitación de las actividades fuera del hogar y la suspensión de las clases,
muchos proyectos personales y familiares, como viajes, celebraciones, y otras
decisiones importantes se van truncando. Algunas familias pueden sufrir restricciones
económicas debido a la situación laboral. Y es cierto que por el momento se desconoce
cuánto va a durar la situación.
• Miedo, tensión, ansiedad, pánico. Es habitual y absolutamente comprensible que toda
la sociedad sienta miedo a contagiarse, enfermar, tener que aislarse en cuarentena,
contagiar a los de alrededor, o incluso tener pensamientos catastrofistas o temer la
muerte, tanto propia como de los seres cercanos más vulnerables. El confinamiento
puede generar tensión entre los distintos miembros de la familia. Los niños también
muestran estas mismas preocupaciones.
• Aislamiento de los seres queridos: los niños están acostumbrados a convivir con sus
amigos, compañeros y también con la familia extensa, tíos, primos y abuelos. La
suspensión de las actividades escolares presenciales en un principio les puede parecer
novedosa, pero pronto comenzarán a aburrirse y agobiarse. Echarán de menos pasar
tiempo al aire libre, estar acompañados y hasta tener obligaciones rutinarias.
• Según la edad, pueden mostrar diferentes reacciones de ansiedad, como
comportamientos regresivos (lloriquear, estar más apegado, hablar como si fueran más
Explicación: