5 ejemplos que demuestren como cambia el significado de una oración al no usar o usar un signo de puntuación.
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La coma, esa pequeña mancha de tinta, puede cambiar el sentido de una frase. Como en este titular, ya corregido, de El Diario Montañés.
A pesar de que la frase no es gramaticalmente incorrecta, la coma cambia por completo el significado. Algo parecido a lo que ocurre con estos dos ejemplos que encontramos en Paper Papers. Uno de El País,para que no se diga:
Aquí la coma convierte un simple enunciado en una orden. Una orden CRUEL. Aun así, hay que mencionar que las comas también pueden resultar heroicas, como se aprecia en este cartel que subraya la importancia de usarlas con los vocativos.
Desde Fundéu, Judith González nos cuenta que muchas de las consultas que reciben sobre puntuación son precisamente sobre estas comas, las del vocativo. González explica que la puntuación "nunca es fácil" porque, aunque es cierto que "hay comas que no son obligatorias", otras "pueden cambiar el sentido de la frase o simplemente son incorrectas".
Otras dudas habituales que suelen llegar a Fundéu son el uso de la coma y la conjunción "y", la coma en las enumeraciones, la coma en los encabezamientos de las cartas y la coma en las oraciones causales, entre otras, incluyendo el ejemplo clásico para los adjetivos:
Los soldados, cansados, volvieron al campamento.
Los soldados cansados volvieron al campamento.
En el primer caso, todos volvieron al campamento y todos estaban cansados. En el segundo, sólo regresaron los que estaban cansados.
La siguiente anécdota muestra otra coma que cambia el sentido de una frase (y de una vida). La explica Pablo Martín Sánchez:
El monarca Carlos V está a punto de firmar una sentencia que dice: «Perdón imposible, que cumpla su condena». Con la pluma en la mano se queda unos instantes pensativo y, en un gesto de magnanimidad regia, firma el documento, no sin antes haber desplazado la coma: «Perdón, imposible que cumpla su condena», dice ahora la sentencia.
Como sospecha el propio autor del artículo, la anécdota es falsa. Pero es tan perfecta que en Snopes, la página dedicada a desmentir leyendas urbanas, encontramos una versión en inglés. En este caso se trata de una condena a muerte escrita por el propio zar Alejandro III. Su mujer Dagmar cree que el acusado es inocente y cambia la coma, dejando la frase como: "Pardon, impossible to be sent to Siberia".
Perdón imposible: guía para una puntuación más rica y consciente es el título de un libro de J.A. Millán, que en su blog recogió errores similares. Por ejemplo, este titular de El Mundo del 23 de septiembre de 2004:
Sin la coma, da la impresión de que trabajaban allí desde que se produjo la fuga, cuando lo que se quiere decir es que tras la fuga tóxica, huyeron.
Millán también publicó este anuncio:
Explicación: