La necesito ya... Porfish
1. ¿. Porque crees que la literatura de la independencia recibe el número de la literatura de la emancipación.?
2. ¿. Porque la literatura de la independencia hablaba sobre rebeldía y derechos humanos.?
Respuestas
Respuesta:
1. los nidos americanistas de las obras de la era colonial, en prosa y verso, las descriptivas, las de observación del natural y las de ficción. Una vez lograda la independencia, los escritores asumen su labor ajustándose a pautas que proceden de la antigua metrópoli, aunque afirman un punto de vista distinto. La historiografía y la crítica literaria hispanoamericanas del siglo XIX, estudiadas por Beatriz González Stephan, Hugo Achúgar y Julio Ortega, entre otros, se inician con la figura, culturalmente omnipresente, de Andrés Bello. Cada una por su lado, la historiografía y la poesía cumplen esta tarea identitaria que desemboca en la misma España en la creación de antologías hispanoamericanas en la segunda mitad del siglo XIX. En la misma etapa, tiene también lugar en Hispanoamérica la consolidación de la bibliografía positivista.
2. El siglo XIX, se ha dicho, fue el de la historia, sobre todo después de tres siglos de dependencia de tradición hispánica. Para los neogranadinos era un reto remontarse a ese momento que pertenecía a un pasado más o menos reciente, que marcaba un antes y un después, y que a la vez determinaba una toma de partido sobre las actuaciones que debían asumirse en el presente. A esta actitud, se sumó la concepción que sobre el pasado existía para los neogranadinos. Era una muy fuerte tensión y probablemente una sensación de crisis: consistía en participar de una realidad nueva, en la que el período de la independencia marcaba una diferencia con el pasado colonial y con aquél que de alguna manera se hacía legendario y distante, como era el que había transcurrido tres siglos atrás con la conquista y más distante aún en el pasado indígena.
Por la importancia de este hecho, referirse a la literatura sobre la independencia adquiere quizá una elasticidad temporal que puede traernos a momentos recientes en obras como El general en su laberinto (1989) de Gabriel García Márquez o Nuestras vidas son los ríos (2007) de Jaime Manrique. Se trata de una temporalidad construida por obras que desde la historia de la literatura nos ubican en un pasado del cual las novelas dan su propia versión. A la vez, si se retorna un siglo atrás en el tiempo, dada la cercanía de los acontecimientos era inevitable que las palabras estuvieran sujetas o al menos íntimamente relacionadas con los episodios militares. Así fueron muchos los versos que se produjeron antes y después de las batallas, en los homenajes posteriores, los himnos nacionales, los parnasos y en las aclamaciones heroicas en lo que corrió del siglo XIX; que fueron acompañadas por representaciones teatrales que como homenajes efímeros fueron representadas en las calles durante diferentes festividades y aniversarios. Se dieron así, diversas producciones escritas que conformaron una tradición poética iniciada por los versos de escritores como José Fernández Madrid, obras dramáticas como las de Vargas Tejada y José Domínguez Roche y al terminar el siglo diversas biografías de partícipes de la independencia publicadas por lo general en la prensa