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Había una vez un chico llamado Ámbar, este chico chico era un árabe perteneciente a la familia del islam, un día se ganó una beca para ir a EEUU para el colegio, cuando fue, vio algo que nunca vio en su país.
En EEUU todos eran nuevos para el, vestían de formas que les gustaba, jugaban, no les preocupaba nada y los más asombroso para el, es que habían chicos de otras religiones con el, cristianos testigos, budistas, etc., para el era nuevo ya que en su país la religión islam es obligatoria al igual que sus reglas.
El llego a una conclusión, no dejarse dominar su religión, que no necesariamente debía matar su juventud por el extremismo, esto lo volvió alguien más feliz, ya que sin ese peso de encima podía convivir con otros chicos, el cuento narra de un chico que era oprimido por su fe, sea o no sea real su divinidad, no se debería estar oprimido por ella