Respuestas
Respuesta:
A primera vista, el argumento de “El guardagujas” es simple: un viajero anónimo llega a una estación de trenes y desea tomar uno que lo lleve a T., como llama a su destino. En el andén aparece un viejito que ha sido guardagujas, es decir, una persona que se encarga de manejar las agujas en los cambios de vías de las líneas de trenes.
Los dos comienzan a hablar, y el forastero se entera del funcionamiento de los trenes: el viejo le revela que la red de ferrocarriles es todo un mundo organizado con reglas incomprensibles y absurdas para los viajeros. La mayor parte del cuento está formado por este diálogo, salvo por su final, en el que se retoma la acción: el viejo guardagujas se pierde por las vías en dirección al tren que está por llegar a la estación, y el forastero se prepara para tomarlo, aunque no vaya hacia su destino y lo pueda llevar a cualquier otro lugar.
Este cuento está considerado como uno de los mejores y más representativos del autor y suele relacionarse con la obra del escritor Franz Kafka, puesto que, como él, plantea desde una estética del absurdo, el funcionamiento incomprensible y desastroso de una institución del estado. En este sentido, el cuento es contundente ejemplo del humor de lo absurdo, que hace sonreír al lector, al mismo tiempo que lo preocupa y desespera.
Al tratarse de un relato que trabaja constantemente sobre un sentido literal y otro figurado, son muchas las interpretaciones que los críticos han hecho de este sistema de ferrocarriles monstruoso que no respeta ni horarios ni destinos. La más fácil, pero no por ello menos acertada, propone pensarlo como una crítica del funcionamiento de los ferrocarriles mexicanos de la época y su poca confiabilidad. Otra interpretación propone que “El guardagujas” realiza una crítica de la sociedad moderna y que la empresa de ferrocarriles simboliza a las grandes empresas y su falta total de responsabilidad, empresas que se manejan por el capricho de unos pocos y ejercen un poder incontrolable sobre los ciudadanos.