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Si fuera un libro, sería un libro de aventuras, de esos que enganchan al lector hasta que tienen que terminárselo por completo. Sería un libro de tamaño medio, ni muy corto para que el lector no se quede con ganas de más, ni muy largo para que no se aburra. Me encontrarían debajo de un montón de papeles y no tendría dibujos, dejaría que el lector echara a volar su imaginación con mi historia. Cuando me leyeran, la gente se pondría en el lugar de los protagonistas, imaginándose que ellos están viviendo lo mismo que están leyendo. Me gustaría conocer a los libros de misterio y de terror, ya que los tres juntos formaríamos la combinación perfecta. Mi lector sería un adolescente al que le encantara leer, y no se separaría de mí hasta terminarme. Me leería a todas horas y en todos los sitios: en el