poema de la guerra de la independencia de Colombia

ayuda porfa y no plagueo

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Respuesta dada por: lauracruzlizarazu199
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Respuesta:

La colaboración erudita que ha venido ilustrando esta

sección cede hoy el paso a cuatro muestras poéticas, dos de

ellas anónimas, nacidas de la entraña misma del pueblo;

todas señalan momentos definitivos de la lucha por la inde-

pendencia nacional. Al movimiento popular llamado de los

comuneros pertenece la primera, Avisos y quejas del Perú

al Rey nuestro señor, reflejo de la angustia económica de

las clases populares. Manifiesta la segunda los sentimientos

un tanto escépticos del pueblo por los sucesos políticos

ocurridos en la Península en 1808 y 1809 con su secuencia en

el Nuevo Reino de Granada de la instalación de una Junta

Suprema, en la noche inolvidable del 20 al 21 de julio de

1810. La tercera, revelación literaria por la calidad de su

autor y las circunstancias en que la compuso y, la última,

fruto de la inspiración de un bardo payanes oculto bajo

seudónimo, que supo impregnar sus páginas del hálito ro-

mántico del momento y el tono épico requerido por la in-

teresante evocación histórica, en rendido homenaje a la gloria

del Libertador.

La protesta de los comuneros que prendió vigorosa en

la provincia del Socorro para comunicarse luego a casi todo

el territorio virreinal, fue propicia para que el pueblo, acosado

por los impuestos y vejado por los guardas reales, se uniese

por vez primera en busca de su redención. La falta de im-

prentas y el ejercicio severo de la censura estimuló toda clase

"Este papelón, repetimos, fue hallado por primera vez en

Santa Fe, en un poste, en el puente de San Francisco, a las

dos y media de la mañana del siete de abril de mil sete-

cientos ochenta y uno, por el guarda José García de Heras,

natural del Reino de Galicia, y entregado el mismo día al

Regente don Juan Gutiérrez de Piñeres, en persona".

Bajo el título Salud, Señor Regente, el vate político anó-

nimo, desenvuelve cuarenta y una octavas y una redondilla

final que, lejos de fatigar con su chabacanería, penetró tan hondo en el alma popular y la mantuvo erguida hasta la

hora de las capitulaciones firmadas en Zipaquirá. El citado

historiador Cárdenas Acosta, publica por vez primera el

texto íntegro, del que dio a conocer buena muestra el Ge-

neral Manuel Briceño en su libro Los comuneros

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juandaproxD: gracias
lauracruzlizarazu199: denada
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