en caso de una tercera guerra mundial que pasaria con la economia y alimentación de las personas
Respuestas
Respuesta:
Explicación:
Las guerras afectan de forma significativa a la economía de los países. Los efectos del conflicto
van mucho más allá de las muertes acaecidas en el campo de batalla o del gasto militar
empleado para su financiación. Se trata de efectos profundos, y muy persistentes a lo largo del
tiempo que pueden llegar a condicionar la existencia de sociedades durante generaciones.
Comenzando por el crecimiento económico, existen dos teorías económicas fundamentales
referentes a la cuestión: aquellas que defienden la postura de la “War renewal”, que observan en
el fin del conflicto una oportunidad para la mejora del crecimiento, como consecuencia de las
innovaciones y de los incrementos de eficiencia generados durante el mismo y la “War ruin”
que considera que la destrucción generada por la guerra reduce, a largo plazo, el crecimiento de
los países implicados en la misma. Otros economistas, por su parte, defienden una postura
intermedia, de modo que consideran que la guerra no siempre genera efectos positivos o
negativos, sino que el resultado final dependerá de las características de cada conflicto en
cuestión, y de variables tales como la duración de la guerra, su ubicación, el gobierno que surja
de la misma, la intervención de la comunidad internacional, o la transición a un sistema
democrático y economías de mercado abierto.
En relación a los efectos sobre los factores productivos, éstos pueden dividirse en efectos sobre
la población, el stock de capital, el medio ambiente y el capital humano. Respecto a la
población, la guerra incrementa la mortalidad, tanto por las muertes en el campo de batalla
como por el incremento y la difusión de enfermedades, que se mantendrá a lo largo del tiempo
incluso una vez finalizado el conflicto. La proporción de muertes durante la guerra tiende a ser
mayor entre los jóvenes varones, por ser éstos los reclutados al frente, y ello provoca una
reducción del número de matrimonios y de la natalidad. Esta última se verá además afectada,
por las peores condiciones de vida generadas por las enfermedades, que contribuyen a reducir la
productividad y también los salarios de la población incluso tras finalizada la guerra. Estos
incrementos de la mortalidad unidos a reducciones de la natalidad reducen la población durante
el periodo, lo que genera “huecos” en la pirámide poblacional que serán susceptibles de generar
desajustes de oferta y de demanda de bienes y servicios. El stock de capital es otro de los
factores productivos más afectados. Por un lado, el capital físico fijo es destruido de forma
directa durante el conflicto, e incluso infraestructuras clave y redes de comunicación pueden ser
tomadas como objetivo militar y, por otro, de forma indirecta, el capital restante puede quedar
muy deteriorado por la falta de mantenimiento al dirigirse los recursos existentes
exclusivamente a fines militares. El capital circulante también se verá alterado, ya que durante
el conflicto, las nuevas condiciones de la actividad generarán una reducción del stock de
factores deseados y ello unido al miedo a la destrucción provocará la salida de capitales
privados del país. El capital público, por su parte, debido al aumento del gasto militar y,
posteriormente, del gasto necesario para la reconstrucción también se verá seriamente
perjudicado. En el ámbito ecológico, los efectos del conflicto pueden llegar a ser devastadores.
La guerra genera impactos en el terreno, tanto por acciones de guerra como bombas o misiles,
como por el espacio ocupado para la realización de operaciones militares, que priva al suelo de
otros usos. Además, también puede verse dañada el agua, por la destrucción de infraestructuras
hidráulicas o el uso de armas químicas. Están acreditados además efectos negativos en la
calidad del aire, el ruido, el agotamiento de recursos o la reducción de la biodiversidad. Por
último, en relación al capital humano, la guerra interrumpe su proceso de acumulación, tanto a
través de la destrucción directa de infraestructura educativa, como reduciendo el período de
escolarización de los niños, que se ven obligados a abandonar su centro educativo por razones
de seguridad o por ser forzosamente reclutados. Esta reducción del capital humano tiene efectos
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a largo plazo en la productividad de aquellos que la experimentan, obteniendo menores salarios
en el futuro.