guio teataral sobre maltrato hacia lla mujer

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Respuesta dada por: Paobetty88
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EL MUNDO – JAVIER CID

La historia de Ana, una de tantas víctimas de la violencia domestica, da argumento al musical ‘Casa de locos’, la primera obra que se atreve a abordar la tragedia de las mujeres maltratadas en sus casas. Un proyecto de valientes abordado por un equipo ‘amateur’.

 

Casa de locos es el primer musical que sube al escenario una cuestión tan espinosa como la violencia de género. El Madrid de las obras, los atascos y Alatriste, bendecido durante meses con los neones de Mamma mia, Hoy no me puedo levantar, Cabaret o We will rock you, se entrega ahora a una realidad mucho menos frívola. En este espectáculo no hay ninas, queens o lizas minellis, ni escenarios inteligentes que suben y bajan y vuelven a girar, ni presupuestos colosales… Sin embargo, hay un pedazo de corazón de miles de historias, de miles de pesadillas que azotan la actualidad de cada día.

 

«Lo más importante de Casa de locos no es la calidad interpretativa porque los actores ni siquiera son profesionales», explica Keta Anglada, autora de la obra. «Lo valioso es el mensaje de esperanza y de aliento que se lanza a las víctimas». Así, los cantantes, los bailarines y los músicos han sufrido, tanto en sus propias carnes como en su entorno más cercano, la lacra de la violencia doméstica. La propia Keta, que se autodefine como cantautora, habla del maltrato y de los abusos con conocimiento de causa. «He querido plasmar mis sentimientos en el libreto», confiesa. «Lo que he descubierto es que, cuanto más daño haces, mayor es tu premio. Los criminales que están en la cárcel tienen sus médicos y psicólogos, su campo de fútbol, sus permisos si se portan bien, su cena de Navidad… Yo me planteo pegar a alguien». ANA, CERCADA.La historia de Ana, el personaje protagonista de la obra (en el Teatro Reina Victoria de Madrid hasta el próximo 17 de septiembre), está marcada por un marido maltratador, unos amigos que escuchan pero no oyen, un hijo huidizo, un alcalde y un párroco que viven instalados en la conspiración permanente, etcétera. A través de los recursos del musical, el drama de la violencia adquiere una fuerza especial. Gracias al ritmo de las canciones, el mensaje se vuelve pegadizo, se impone en los tímpanos, se queda para siempre. «Yo he visto a un señor mayor que, al final de la función, salía del teatro limpiándose las lágrimas con un pañuelo», dice Keta. «Y eso me dice mucho, es muy gratificante. La elección de los actores, todos ellos amateurs, fue una de las tareas más delicadas. «Queríamos que fuesen personas implicadas con esta realidad, que hubiesen sufrido el problema», explica José Serra, director artístico del montaje. «Y ha sido como una terapia para todos ellos. A muchos les ha costado revivir ciertas experiencias, ha habido momentos muy duros, pero al final ha merecido la pena». Para Keta, «habría sido mucho más fácil escoger a candidatos profesionales». Pero se habría difuminado la esencia del proyecto. «Su valor reside ahí», añade. «Que el público vea que estas personas, que estaban abocadas a un futuro muy oscuro, han hecho algo tan grande». Existe otro mérito añadido: Casa de locos es el primer musical de manufactura íntegramente menorquina. Tanto Keta como el director, así como la mayoría de los músicos e intérpretes, proceden de la isla. También el dinero. «La única subvención que hemos recibido es la del Gobierno Balear», comenta Keta. «El resto han mirado para otro lado. En varios sitos, me dijeron que, si la obra hubiese sido en catalán, nos habrían dado más ayudas. Me parece indignante». A pesar de los baches, los sonidos del drama de Ana ya suenan en Madrid. Sin tapujos, sin sensacionalismos, sin el recurso del llanto fácil. Porque, como dice Keta, «lo que se vive en estas casas es tan duro que ya era hora de desdramatizar
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