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admiradores. Desafortunadamente es un mal inevitable en nuestra
escuela. Cuando un compañero me propone acompañarme a casa
en bicicleta y se entabla una conversación, nueve de cada diez
veces, se trata de un muchacho enamoradizo y ya no deja de
mirarme. Al cabo de un tiempo el arrebato comienza a disminuir,
especialmente porque yo no presto demasiada atención a sus
miradas ardientes y sigo pedaleando a toda velocidad. Cuando el
joven no cesa en sus intenciones, yo me balanceo un poco sobre
mi bicicleta, se cae mi cartera y el muchacho se ve obligado a
bajarse para recogerla, tras lo cual me las ingenio para cambiar
enseguida de conversación.
Esto es lo que sucede con los más cándidos. Hay otros, por
supuesto, que me tiran besos o tratan de apoderarse de mi brazo,
pero ésos equivocan el camino. Bajo diciendo que puedo pasarme
sin su compañía, o bien me considero ofendida, y les digo
claramente que se vayan a su casa.
Bueno, la base de nuestra amistad ha quedado establecida.
¡Hasta mañana, Kitty!
ANA
Domingo 21 de junio de 1942
Querida Kitty:
Toda nuestra clase tiembla, pues pronto se reunirá el consejo
de profesores. La mayoría de los alumnos se pasan el tiempo
haciendo apuestas sobre los que pasarán de curso. Nuestros dos
vecinos de banco, Wim y Jacques, que han apostado el uno al
otro su capital de vacaciones, nos divierten mucho a Miep de
Jong y a mí. De la mañana a la noche se les oye decir: «Tú pasarás».
«No». «Sí». Ni las miradas de Miep, implorando silencio, ni mis
accesos de ira correctora pueden calmarlos.
Personalmente pienso que la este es la pagina 7 pero hay mas escritura te recomendaria leer el analisis en tu libro virtual