• Asignatura: Religión
  • Autor: kevindavidosorioocam
  • hace 3 años

resumen de Hechos 4: 32​

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Respuesta dada por: lisethcastro2007
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HECHOS 4:32: NINGUNO DECÍA SER SUYO ALGO DE LO QUE POSEÍA

32Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.

“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes” (v. 32). Al terminar la historia de Pentecostés, Lucas enfatizó este mismo tipo de unidad y propiedad comunitaria. “Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes; Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester” (2:44-45).

Su propiedad compartida no era algo impuesto por los líderes de la iglesia, sino que tiene raíces en la unión que comparten de corazón y alma. Estos hermanos y hermanas cristianos se amaban unos a otros, y por eso se cuidaban unos a otros. Todos se habían criado en una sociedad donde la familia era la unidad social en la que podían depender en momentos difíciles. Para algunos, la decisión de seguir a Cristo significaba que ya no podían contar con el apoyo de sus familias. La iglesia se convirtió en su nueva familia.

La propiedad comunitaria de la temprana iglesia a veces se ha comparado con el comunismo, ya que el ideal comunista es “de cada cual según su capacidad y para cual según su necesidad.” Sin embargo, hay muchas diferencias:

• El comunismo es ateo, y la iglesia cristiana promueve la creencia en Dios.

• El comunismo es un sistema político. La iglesia cristiana es un sistema religioso.

• La realidad comunista es apenas una de compartir equitativamente. Los que están en poder siempre viven de manera ostentosa, mientras los que no tienen poder viven en condiciones bastante pobres. La iglesia no es perfectamente altruista, pero sí trabaja para ayudar a los necesitados.

• El comunismo impone una propiedad común de “arriba abajo.” El estado controla la propiedad, y el individuo casi no tiene o no tiene ningún derecho a hablar. Esto no era verdad para los primeros cristianos. En el próximo capítulo, Pedro regaña a Ananías y Safira por tratar de engañar a la iglesia, haciendo parecer que eran más generosos de lo que eran en realidad. Pedro comenta, “Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios” (5:4). Es decir, su pecado fue su engaño. Su ofrenda fue completamente voluntaria.

Tampoco debemos pensar que estos primeros cristianos no tenían ninguna propiedad. Como se anota arriba, Ananías y Safira tenían propiedad y el derecho de mantenerla. Tenían el derecho de dar parte, todo, o ningún dinero a la iglesia. En capítulo 12, conoceremos a María, una cristiana que tiene una casa y una criada (12:12-13).

Pero la unión de corazón y alma se manifiesta concretamente en el compartir de posesiones. Eso es increíble. Nuestras posesiones nos confortan y nos traen seguridad – es difícil no amar nuestro dinero y desear el dinero de los que tienen más. Nos es imposible dejar una propina demasiado grande en un restaurante o darle un dólar a un vagabundo. Sería otra cosa completamente diferente vender nuestra casa y poner las ganancias en el cesto de la iglesia. Una unión de corazón y alma que resulta en un generoso compartir de posesiones es una verdadera unión.

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