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Respuesta:Resumen: Este artículo consiste en un estudio sobre la métrica de los dos primeros poemarios del poeta José Ángel Valente. El tema puede aportar un conocimiento mayor acerca de los recursos formales de los que se vale este autor, para conseguir la gran concentración expresiva e intensidad que provoca su poesía. Este estudio nos aproxima a su manera particular de escribir poesía, ya que se analizan no sólo los elementos métricos fundamentales como distribución de los acentos, regularidad silábica o no, y rima, sino también otros recursos rítmico-sonoros y de resonancia.
Palabras clave: José Ángel Valente, métrica, poesía española contemporánea, recursos formales
1. Introducción
Me propongo en este trabajo, después de realizar un acercamiento muy general a la primera obra de Valente y su contexto literario, a realizar un estudio de las características métricas y a sus consecuencias estéticas más significativas. He decidido acotar este análisis métrico a sus dos primeros poemarios, A Modo de Esperanza [1] y Poemas a Lázaro [2], que presentan, como más adelante veremos más unidad con la obra primera de los poetas de su promoción. Esta decisión se basa en criterios personales, y está hecha a fin de delimitar el trabajo para que éste pueda ser abarcable.
Pero pasemos ya al primer acercamiento al poeta, para analizar después debidamente su obra.
Marco Poético
La década de 1950, dominada por una poesía social, cuyos autores principales son Eugenio de Nora, Crémer y Blas de Otero, llevará a una sobredosis literaria de los conceptos de poesía como comunicación y como medio de subversión social. En este contexto, y en pleno auge todavía de este tipo de poesía, José Ángel Valente se adelanta a su época y escribe A Modo de Esperanza, libro con el que gana el premio Adonais en 1954. Esta obra, si bien como luego veremos, comparte ciertas características con la poesía anterior, parte de una decidida voluntad de renovación.
Otros poetas a los que luego se ha dado en llamar “promoción del 60” o “2ª generación de posguerra” [3] también comenzarían a escribir sus obras por esta época: Caballero Bonald Las adivinaciones (1952), Claudio Rodríguez Don de la ebriedad (1953), etc., pero la consolidación de estos autores se alcanza en la década siguiente.
La diferencia entre este nuevo tipo de escritura poética representada también por otros como Carlos Barral, Ángel González, Francisco Brines o Gil de Biedma es su nueva concepción de la poesía. Si hasta ahora había triunfado la idea de poesía como comunicación, los nuevos autores propugnan una expresión poética que sea medio de conocimiento, un modo de descubrir la realidad. En este punto Valente será uno de los escritores que lo tenga más claro, llegando incluso a la idea de poesía como incomunicación [4], como silencio, como meditación.
Esta nueva actitud ante la poesía lleva a una obra que da más peso a la expresión formal, como búsqueda de profundización e intensidad a través de la palabra poética. Esto es, no se busca en adorno formal como tal, sino que el significante es parte del significado, inherente a él, por lo que no es sólo un pretexto para llevar a un contenido, sino parte esencial de ese contenido.
José Ángel Valente, poeta desmarcado, desde siempre de toda agrupación o generación poética, por sus claras diferencias formales, estilísticas y conceptuales, sobre todo en su evolución posterior, comparte con estos poetas del 60 algunos puntos en su obra inicial:
— Importancia e influencia en su poesía de Antonio Machado, César Vallejo, Pablo Neruda… Aunque como más adelante veremos el elenco de autores que dan sentido a la obra de Valente es amplísimo y se diferencia de otros poetas de su época por la importancia de la mística (española y hebrea) y de otros autores extranjeros como el griego Cavafis.
— Cambio en el lenguaje, que busca más la dimensión artística, el rigor poético, la sobriedad.
— Temas comunes a toda esta generación serán la difícil infancia marcada por la Guerra Civil y la posguerra, España (tema heredado del grupo anterior), el paso del tiempo y la metapoesía o reflexión sobre el decir poético.
— De una poesía basada en la colectividad se pasa a una mayor individualización, en ocasiones a la poetización de una circunstancia.
José Ángel Valente