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Respuesta:
corona
Explicación:
1. Pensar antes de comprar
Es importante plantearse objetivamente cuáles son las necesidades reales según el uso que vayamos a dar al papel, además de valorar cuánta cantidad se necesita e incluso si existe alguna solución alternativa que no requiera el uso de este material. En oficinas o empresas, establecer indicadores básicos de consumo (por ejemplo, consumo de papel mensual o anual por persona trabajadora) y su comparación con otros departamentos permite una aproximación a los valores deseables.
2. Buenas prácticas para reducir el consumo de papel
Además de comprar un papel con características ambientales, el gran reto pasa por controlar y reducir su consumo. En este contexto, hay algunas acciones básicas que pueden ser de ayuda para disminuir el consumo de papel hasta en un 75%. Por ejemplo:
• Disponer de equipos informáticos que permitan fotocopiar o imprimir documentos a doble cara. De esta manera, podremos reducir el consumo de papel a la mitad.
• A la hora de imprimir, elegir la opción de incluir dos páginas por hoja, lo que hará que aumente el ahorro de papel (hasta un 75% en combinación con la impresión a doble cara).
• En oficinas o lugares de trabajo, centralizar y compartir impresoras, fotocopiadoras y máquinas de fax con el fin de reducir el número de equipos.
• Escoger, en la medida de lo posible, suscripciones a ediciones digitales de forma preferente al formato papel.
• Reutilizar hojas escritas o impresas por una sola cara para apuntes, blocs de notas y otros usos internos.
3. Qué y cómo comprar
Una vez exploradas todas las acciones de reducción de consumo de papel, se deben introducir criterios ambientales en la compra del material. Pero, ¿cuáles son los principales aspectos ambientales y técnicos que debemos tener en cuenta? ¿Cómo saber si el papel que compramos es respetuoso con el medio ambiente? Pero, ¿qué tipo de papeles podemos encontrar en el mercado? Y lo que es más importante, ¿qué es exactamente el papel reciclado? El papel 100% reciclado es un papel fabricado exclusivamente con fibras de papel recuperado, es decir, aquellas provenientes de papel recogido selectivamente y fibras de recortes de las fábricas de papel que no han llegado a utilizarse. Por otro lado, el papel parcialmente reciclado está fabricado con más del 30% de fibras de papel recuperado, mientras que el papel a base de fibra virgen se fabrica con más del 70% de fibras de madera.
4. Las certificaciones ambientales
Una de los formas más sencillas de reducir los impactos asociados a la producción de papel es mediante la compra de papeles ecoetiquetados. Las principales ecoetiquetas para productos de papel expedidas por organismos oficiales y disponibles en el mercado son Ángel Azul, Cisne Nórdico, Ecoetiqueta Europea (Ecolabel) y FSC; esta última es exclusiva de productos forestales que garantiza que la fibra virgen utilizada en el papel procede de bosques gestionados de forma sostenible.
5. La gestión de los residuos
El papel, a diferencia de otros materiales como el plástico, presenta un alto grado de reciclabilidad. Por lo tanto, un factor muy importante es implementar sistemas que faciliten la recogida selectiva para su posterior reciclaje. Por lo tanto, una vez usado el papel, es importante separarlo y depositarlo en los contenedores de recogida selectiva. Ello permitirá su reciclaje, es decir, su utilización como materia prima para la fabricación de nuevo papel reciclado