Respuestas
La crisis económica mundial de los años treinta tuvo profundas consecuencias en la historia del siglo XX. De no haberse producido, no habría existido Hitler ni quizá tampoco Roosevelt. Además, difícilmente el sistema soviético habría sido considerado como un antagonista del capitalismo y una alternativa al mismo. Las consecuencias de la crisis en el mundo no occidental fueron también dramáticas. Dicho en pocas palabras, la segunda mitad del siglo no puede entenderse sin tener en cuenta el impacto de esta catástrofe económica.
El funcionamiento de la economía capitalista no es uniforme y las fluctuaciones, a menudo muy fuertes, son parte esencial de esta forma de organizar la actividad económica. El ciclo de expansión y depresión era algo con lo que ya estaban familiarizados los hombres de negocios desde el siglo XIX. Su repetición se preveía en períodos de entre siete y once años. A finales del siglo XIX se empezó a prestar atención a una periodicidad más larga, al analizar el curso de los acontecimientos en las décadas anteriores. A una fase de prosperidad mundial sin precedentes entre 1850 y 1873 habían seguido 23 años de incertidumbre económica (muchos hablaban de una Gran Depresión) y luego otro período de gran expansión. A comienzos de los años 1920, un economista ruso, Kondratiev, formuló que el desarrollo económico desde finales del siglo XVIII se había ajustado a una serie de “ondas largas” de una duración aproximada de entre 50 y 60 años, si bien ni él ni nadie pudo explicar satisfactoriamente esos ciclos (desde entonces se conocen con su nombre). Por cierto, Kondratiev afirmaba que en ese momento la onda larga de la economía mundial iba a comenzar su fase descendente. Estaba en lo cierto.
No fue una sorpresa para nadie que la economía mundial atravesara por nuevas dificultades a finales de los años veinte. Lo que nadie esperaba, sin embargo fue la enorme generalización y profundidad de la crisis que se inició con el crack de la Bolsa de Nueva York el 29 de octubre de 1929. Fue un hecho de extraordinaria magnitud, que supuso poco menos que el colapso de la economía capitalista mundial. Ya hemos visto la debilidad de la restauración económica en la posguerra, pero las conmociones de la guerra y la posguerra y los problemas políticos europeos sólo explican en parte la gravedad del hundimiento de la economía en el período de entreguerras. El análisis debe centrarse en dos aspectos.