Respuestas
La narración puede entenderse como un proceso cuya finalidad es la producción de textos narrativos. Un texto narrativo es la composición desde una perspectiva ficcional de un discurso imaginario confeccionado por un narrador que, a través de su voz narrativa dominada por un punto de vista, crea un mundo de interrelaciones entre personajes participantes en una sucesión de acciones organizadas y encaminadas a ofrecer una lectura de la realidad. En un texto narrativo tendremos que distinguir entre la historia o trama y el relato o discurso. La historia es la sucesión cronológica de acontecimientos que suceden, mientras que el relato o discurso narrativo consta de los mismos hechos en el orden en que el autor los da a conocer. Simplificando se suele afirmar que la historia es lo que se cuenta y el discursocómo se cuenta.
HISTORIA
Responde a la pregunta ¿qué se cuenta? Es el conjunto de hechos narrativos en orden cronológico.
DISCURSO NARRATIVO
Esos mismos hechos son organizados por el autor que los da a conocer bajo unos signos lingüísticos, con el fin de conseguir un sentido literario determinado.
La ordenación cronológica de los acontecimientos puede ser manipulada, modificada de distintas formas: por ejemplo, contar un hecho que en el orden lógico sucedió después, antes que otro que lógicamente le hubiera precedido; presentando los acontecimientos como recordados; contando varias veces un mismo hecho…
Veamos un par de ejemplos:
* En primer lugar un texto de Juan Ramón en el que se sigue un claro orden cronológico:
Tenía la heroica manía bella de lo derecho, lo recto, lo cuadrado. Se pasaba el día poniendo bien, en exacta correspondencia de líneas, cuadros, muebles, alfombras, puertas, biombos. Su vida era un sufrimiento acerbo y una espantosa pérdida. Iba detrás de familiares y criados, ordenando paciente e impacientemente lo desordenado. Comprendía bien el cuento del que se sacó una muela sana de la derecha porque tuvo que sacarse una dañada de la izquierda.
Cuando se estaba muriendo, suplicaba a todos con una voz débil que le pusieran exacta la cama en relación con la cómoda, el armario, los cuadros, las cajas de las medicinas.
Y cuando murió y lo enterraron, el enterrador le dejó torcida la caja de la tumba para siempre.
Juan Ramón Jiménez, El recto.
* Un segundo texto, cuyo orden se altera:
―No deben impresionarte estas cosas, muchacho. Esto suele ocurrir.
El muchacho no podía arrancar los ojos del caballo muerto. El caballo había muerto de repente, mientras marchaban por el camino. El chico se hizo daño al caer. Fue curiosa la caída. El animal había encorvado los lomos como un gato y se había ido al suelo. Al caer, el chico se había cortado en el brazo con una piedra. La herida sangraba. Y, sin embargo, lo único que le dolía era el espectáculo del caballo retorcido en el suelo.