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1. Templanza. Los impulsos de la ira a menudo nos hacen cometer errores graves. Los nervios nunca han sido buenos consejeros, y los problemas no conviene resolverlos en caliente. Cuando tu hijo sienta enfado, ira o tristeza, enséñale a dejar pasar un tiempo antes de tomar decisiones, a templar los nervios, a mantenerse sereno. Una cosa es 'hacer caso al corazón' y otra bien distinta 'dejarse llevar por la furia, el miedo o la tristeza'. Templanza es moderación, contención. Y solo se consigue en calma.
2. Silencio. El silencio entendido como la escucha activa. Aprender a escuchar en silencio es fundamental, como también lo es aprender a escucharnos a nosotros mismos. Y esto solo se consigue mediante el silencio. Los niños a menudo tienen problemas para mantener la mente en blanco y escuchar en silencio. Suelen ser nerviosos y muy activos por naturaleza. Pero aprender a estar en silencio no está reservado solo para los adultos. Existen actividades y juegos que pueden ayudar a tu hijo a aprender a meditar, como el Juego del silencio, de Montessori, o la técnica del Mindfulness}
3. Orden. Enseña a tu hijo a ser ordenado, porque del orden que aprenda a respetar en un espacio físico, se proyectará también un orden interior. Los niños que son ordenados con sus cosas materiales, suelen tener una mayor facilidad para ordenar sus pensamientos, lo que les ayudará a visualizar sus objetivos con facilidad y establecer una ruta para alcanzarlos.
4. Resolución. La vida se construye a base de una toma de decisiones constante. De ahí la importancia de enseñar a los niños a resolver conflictos y a tomar con rapidez decisiones. Quien duda, suele equivocarse. Quien actúa con rapidez, suele acertar. Enseña a tu hijo a 'actuar', a no quedarse parado y a decidir con rapidez.
5. Frugalidad. A veces nuestros problemas no son más que una montaña imaginaria que creamos en un momento a partir de un simple grano de arena. 'Quitar hierro' a los asuntos es importante porque nos ayuda a ser positivos, optimistas y a focalizar la realidad de un asunto. Una virtud muy parecida al a de la templanza.
6. Laboriosidad. El esfuerzo y la perseverancia deben ser siempre compañeros de tu hijo. Son valores esenciales que les ayudará a alcanzar sus metas. Los objetivos por norma general no se consiguen en un primer intento, sino al cabo de numerosos intentos fallidos. Enseña a tu hijo a cuidar su trabajo, a ser perfeccionista con sus deberes y sobre todo, a esforzarse en cada uno de sus trabajos.
7. Sinceridad. Un valor esencial para mantener tanto la paz interior como las relaciones con los demás. Muchos pensadores coinciden en establecer este valor, el de la sinceridad, como uno de los más importantes a la hora de alcanzar la felicidad. Enseña a tu hijo a no mentir, aunque observe que muchos otros 'se salen con la suya' cuando mienten. Al final, explícale, alguien que miente a los demás, se miente a sí mismo.
8. Justicia. Una de las grandes virtudes y más difíciles de lograr es la justicia. Esto incluye empatía, por supuesto, ese gran don de poder 'meterse en la piel del otro' para poder observar y decidir. Enseña a tu hijo a ser justo mediante tu propio ejemplo. Aunque ya sabemos que el sentido de la justicia en los niños a veces es muy diferente, poco a poco, al madurar, lo entenderán
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1. Honestidad
2. Humildad
3. Empatia
4. Gratitud
5. Amabilidad
6. Creatividad
7. Dulzura
8. Fortaleza
Explicación:
Son algunas de las virtudes de los niños