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Respuesta:
Las gotas de agua caen con prisa sobre la tierra negra. Empapan y nutren las raíces de un bonsai con flores color magenta. El calor es intenso y el aire huele a tierra mojada. La jarra de plástico, translúcida y verde, de donde sale el agua se inclina y proyecta una sombra de su mismo color, endeble, sobre un cactus coronado con una flor rechoncha y amarilla. Nahui sostiene la jarra con una mano y apoya la otra en la cintura, arriba de la línea de sus pantalones de mezclilla. El sol golpea árido, pero los balcones del edificio, en la esquina de la calzada Obrero Mundial y la calle de Adolfo Prieto en la Ciudad de México resisten al agostamiento con la humedad de sus bonsáis, helechos, cactus, palmeras. Buster, el beagle , baja al apartamento del primer piso y sale al balcón a tomar del agua que escurre del riego de las plantas. Entretenido, mastica el aire sin atinar al chorrito que cae y se le estrella en el hocico, los ojos, la frente, las orejas, en todas partes menos en la lengua. —Es tu baño semanal, chico —dice Nahui viendo hacia abajo y riendo. Y Buster ladra dos veces agradeciendo al niño como quien agradece a un dios en los cielos.
Explicación: ESPERO QUE TE SIRVAA
espero y te sirva
Explicación:
Un día que el agua se encontraba en el soberbio mar sintió el caprichoso deseo de subir al cielo. Entonces se dirigió al fuego y le dijo:
– “¿Podrías ayudarme a subir más alto?”.
El fuego aceptó y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en un sutil vapor. El vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los estratos más ligeros y fríos del aire, donde ya el fuego no podía seguirlo. Entonces las partículas de vapor, ateridas de frío, se vieron obligadas a juntarse, se volvieron más pesadas que el aire y cayeron en forma de lluvia. Habían subido al cielo invadidas de soberbia y recibieron su merecido. La tierra sedienta absorbió la lluvia y, de esta forma, el agua estuvo durante mucho tiempo prisionera en el suelo, purgando su pecado con una larga penitencia.