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La combinación de células madre procedentes de la médula ósea junto con un potente antioxidante, el ácido lipoico, regenera el tejido neuronal que ha quedado dañado tras una lesión cerebral.
La unión de la terapia celular con un tratamiento farmacológico ha dado resultados muy eficaces en el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos o angiogénesis en áreas dañadas del cerebro de ratas adultas, según la investigación realizada en el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad CEU-Cardenal Herrera que ha dirigido el subdirector de la institución José Miguel Soria.
La conclusión del estudio, así como el procedimiento utilizado, ha sido publicado en la revista Brain Injury. En la investigación han participado el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa de Sevilla y la Fundación Oftalmológica del Mediterráneo.
Por un parte, el ácido lipoico utilizado en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple o la neuropatía diabética, ha demostrado su capacidad de incrementar la producción de nuevos vasos sanguíneos como demostró José Miguel Soria en estudios previos.
La aplicación de este potente antioxidante aumenta la angiogénesis y acelera la respuesta inmune del cerebro tras una lesión, lo que favorece la regeneración de los tejidos dañados, informó la universidad.
Por otro lado, la utilización de células madre de médula ósea autólogas también ha demostrado en estudios precedentes que produce mejoras funcionales en el daño cerebral, por lo que el estudio actual contempló la posibilidad de combinar ambas terapias: la celular y la farmacológica y evaluar sus efectos.
Ocho días después de aplicar la terapia mixta se observó que se formaban nuevos vasos sanguíneos que crecían en dirección a la zona cerebral dañada, «actuando a modo de andamios para la migración de nuevas células de microglía, lo que contribuye a regenerar la región afectada por la lesión», apuntó Soria.
«Las células madre de médula ósea trasplantadas desaparecen del tejido cerebral tratado a los 16 días de su injerto, pero la capacidad de regeneración celular persiste en la zona dañada, donde se sigue estimulando la proliferación de nuevas células», declaró el investigador que resaltó que la reconstrucción de los tejidos responde a la aparición de células nuevas en el cerebro tratado, que surgen al implantar las células madre.
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