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Respuesta:
LA REVOLUCION DE FEBRERO DE 1917 EN RUSIA.
Antecedentes.
Políticamente Rusia era un imperio bajo un régimen zarista, autocrático y represivo.
La economía del país era fundamentalmente agraria, donde una élite de terratenientes controlaba las tierras que trabajaban los campesinos (85% de la población) en un sistema prácticamente feudal, a pesar de la abolición de la servidumbre en 1861, y en unas condiciones de extrema pobreza. La industria se desarrolla a partir de principios del siglo XX, gracias sobre todo al capital extranjero, floreciendo una nueva clase obrera que se aglutinaba principalmente en las ciudades.
La derrota rusa en la guerra contra Japón, en 1905, provoca una revuelta, reprimida con severidad; pero a la vez, el zar acepta la creación de una especie de Parlamento denominado Duma.
En 1914, Rusia entra en la Primera Guerra Mundial, y la situación económica se agrava.
Revolución de Febrero de 1917.
El hastío hacia la guerra motivado por las sucesivas derrotas militares, unido a la escasez de alimentos y hambrunas que se extiende entre la población civil, y a un duro invierno, configuran el clima perfecto para la revuelta popular. Se inicia con la huelga de los trabajadores de las fábricas de la capital Petrogrado (actual San Petersburgo) a principios de mes, que se prolonga durante el mismo, en el que la tensión va en aumento y las consignas se politizan contra la guerra y el zar; éste ordena la represión del movimiento a la guarnición militar, que provoca la muerte de un centenar de manifestantes. Sin embargo, posteriormente, los regimientos militares de la capital se unen a la revuelta, y el zar Nicolás II abdica el 2 de marzo.
Consecuencias inmediatas.
Se produce un periodo de poder dual. Por un lado, los miembros del Parlamento imperial o Duma, asumen el control del Estado, formando un Gobierno Provisional, dirigido por la burguesía liberal. Por otro lado, la creación espontánea de los Soviets (Consejos de obreros, campesinos, soldados y marineros) por la totalidad del país, dominados por las distintas facciones socialistas. Los soviets eran órganos de democracia directa que pretendían ejercer un poder autónomo, y velar por la preservación de las conquistas sociales llevadas a cabo.
El Gobierno Provisional abolió la pena de muerte, ordenó la apertura de las prisiones, permitió el retorno de los exiliados (incluido Lenin) y proclamó las libertades fundamentales: de prensa, reunión y conciencia.
Explicación: