El proyecto de investigación Naturaleza Humana 2.0 se ha planteado reflexionar sobre el impacto de los últimos avances en ciencia y tecnología: “El hombre de hoy, ¿es el mismo que el hombre de siempre?”
Durante más de tres años se ha creado un foro de análisis y discusión de esta pregunta desde una perspectiva integradora e interdisciplinar, incorporando a las ciencias físicas e incluso la matemática, la biología, la neurología, la antropología, la psicología y la filosofía, las ciencias de la computación y la ingeniería. Este artículo tiene el objetivo de resumir los resultados del núcleo III de este trabajo, condensando así las principales consecuencias que el desarrollo de las tecnologías de la información y de la web han tenido sobre nuestra concepción de la naturaleza humana.
Desde su nacimiento en los años 60, la red ha pasado de su versión 1.0 (en palabras de Tim Berners-Lee, una red de sólo escritura en la que los contenidos son estáticos o se actualizan de manera esporádica por el propietario de la página) a una versión colaborativa o 2.0 en la que los propios usuarios contribuyen a su contenido.
Ejemplos particularmente relevantes del éxito de las aplicaciones Web 2.0 son Wikipedia o Youtube, que se sostienen gracias a las aportaciones de sus usuarios. Así, estos contenidos mejoran con el tiempo gracias a estos prosumidores que no sólo consumen, sino que ahora también generan información para la red. La siguiente generación de aplicaciones web que algunos anticipan es la Web 3.0, en la que las máquinas serían capaces no sólo de almacenar información sino también de comprenderla. Además, podrían realizar conexiones entre diferentes fuentes de información, extraer conclusiones de los datos disponibles online o responder a cualquier pregunta realizada por los usuarios de manera automática. Esta Web 3.0 o web semántica exige como primer requisito la existencia de un lenguaje universal. Plantear este lenguaje universal no está exento de problemas como discutiremos más tarde. Así, autores como Florida defienden que la Web Semántica está filosóficamente bien definida, pero presenta problemas fundamentales que impedirán su desarrollo [Floridi 2009].
Aún sin el desarrollo de la web semántica, las TIC (TECNOLOGIA DE LA INFORMACION Y LA COMUNICACIÓN) han tenido ya consecuencias sociales importantes. Ya se habla de una Generación C: “Conectada, que Comunica, Centrada en su satisfacción, Computarizada, orientada a la Comunidad y siempre haciendo Click”. Se han publicado recientemente trabajos interesantes que estudian el impacto de las TIC en los nuestros procesos de pensamiento. Por ejemplo, su uso tiende a disminuir en la memoria, ya que la facilidad para recuperar contenidos hace que se recuerden menos [Parker 2009]. También la capacidad de atención se ve afectada: las distracciones constantes a las que nos someten las TIC llevan a una reducción de la capacidad de atención y a un aumento de la impulsividad [Ophir 2009]. Además, las redes sociales están cambiando la manera en la que nos relacionamos. Son ya posibles las aplicaciones que, en interacciones cortas, simulan con éxito ser una persona, motivando un interés creciente en explorar las relaciones hombre-máquina desde la ciencia y el arte.
Además de éstos, han aparecido otros problemas derivados del mal uso de la tecnología que están resultando en una preocupación creciente. Es cada vez más difícil evitar el malware (que incluiría todo tipo de software dañino, virus o el correo basura o spam), mantener la privacidad en un mundo sobrexpuesto o evitar los ataques ciberterroristas que pueden dañar de manera inmediata y súbita las infraestructuras de un país. Además, puede preverse que la inmediata disponibilidad de la información dará lugar a un vasto conocimiento común en el sentido de que el conocimiento es compartido por todos y todos saben que lo comparten. Esto llevará por ejemplo a negar el derecho a la ignorancia.
En este contexto, Luciano Floridi sostiene que nos encontramos inmersos en lo que llama la “Cuarta Revolución” [Floridi 2014], primero, Copérnico desplazó nuestro planeta Tierra del centro del Universo. Después, Darwin derribó la idea de que el ser humano tuviera un papel central, en sentido biológico, entre el resto de las criaturas. La Tercera Revolución, la de Freud, acabó con el paradigma del hombre como ser racional. Pues bien, según Floridi la Cuarta Revolución volverá a cambiar nuestra comprensión del papel del hombre en el universo y lo replanteará como inforg, un ser que se relaciona en la infosfera, un entorno en el que se intercambia información que engloba a la biosfera y que incluye también a seres artificiales e incluso carentes de dimensión física que únicamente existen online, a través de sus interacciones con otros seres en esta infosfera [Floridi 2005].
RESUMEN PLIS SI
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Parker 2009]. También la capacidad de atención se ve afectada: las distracciones constantes a las que nos someten las TIC llevan a una reducción de la capacidad de atención y a un aumento de la impulsividad [Ophir 2009]. Además, las redes sociales están cambiando la manera en la que nos relacionamos. Son ya posibles las aplicaciones que, en interacciones cortas, simulan con éxito ser una persona, motivando un interés creciente en explorar las relaciones hombre-máquina desde la ciencia y el arte.
olauwu238:
GRACIAS ENSERI ME AYUDASTE SI NADIE MAS RESPONDE TE DARE COROBITA UWU
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