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Conectores coordinantes. Permiten conducir al lector dentro del texto, detallando el sentido de lo que lee y sirviendo de puente entre una idea y la siguiente. Por ejemplo: a continuación, por si fuera poco, en otro orden de ideas.
Conectores disyuntivos. Proponen separaciones o contradicciones entre las ideas presentadas en un texto. Por ejemplo: contrariamente, por otro lado, en cambio.
Conectores causales. Introducen una relación de causa y efecto, o una razón de ser, de lo que se expone en el texto. Por ejemplo: de modo que, por consiguiente, de esa manera.
Conectores temporales. Proponen una relación temporal, o sea, cronológica, de las ideas, diciendo qué ocurre primero y qué después. Así, pueden ser de anterioridad (por ejemplo: hace tiempo, érase una vez), simultaneidad (por ejemplo: a la vez, a la par, simultáneamente) o posterioridad (posteriormente, finalmente, entonces).
Conectores locativos. Definen dentro del texto un lugar de referencia, una ubicación especial o temporo-espacial. Por ejemplo: por debajo de, allí, encima de.
Conectores aditivos. Aquellos que “suman” ideas, o sea, las acumulan, para ganar intensidad en el decir. Por ejemplo: asimismo, por si fuera poco, de la misma manera.
Conectores aclarativos. Cumplen con insistir o aclarar un punto previo, retomándolo o añadiendo nuevos matices para alcanzar el sentido deseado. Por ejemplo: dicho de otro modo, esto quiere decir, más precisamente.
Conectores comparativos. Permiten introducir contrastes dentro de la exposición, cotejando algo con otra cosa, o sea, comparando elementos. Por ejemplo: de modo similar, en cambio, contrariamente a.
Conectores conclusivos. Introducen una sensación de cierre o término de la exposición, o al menos de un apartado de la misma. Por ejemplo: en resumen, en síntesis, finalmente.
Conectores condicionales. Establecen una relación de condicionalidad, o sea, de que una idea depende de otra cosa previa o posterior en el discurso. Por ejemplo: siempre que, en caso de que, a no ser que.
Conectores continuativos. Permiten alargar una secuencia de ideas, añadiendo elementos o continuando una exposición que se vio previamente interrumpida. Por ejemplo: Retomando lo dicho, o sea, volviendo a, en otras palabras.