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Mahoma era analfabeto. Fue pastor y mercader durante su juventud, profesión que le permitió conocer en profundidad las tradiciones del cristianismo y el judaísmo, las dos religiones monoteístas –que veneran a un solo dios– que convivían en esa época y que influyeron en el surgimiento y expansión del islam.
Recibió la revelación de Alá cuando tenía 40 años. Mientras meditaba en la cueva de Hira, en las afueras de La Meca, se le apareció el arcángel Gabriel para anunciarle que Alá era el único Dios y que él sería su mensajero. También le trasladó 6.232 versos sagrados que debía difundir para salvar al ser humano del infierno. Estos versos se convirtieron en el Corán.
El primer líder del islam pasó de ser un mercader a convertirse en el predicador de la segunda religión con más creyentes del mundo
El profeta Mahoma fundó la mezquita Al-Masjid an-Nabawī, en Medina (Arabia Saudí). Es uno de los templos más sagrados del islam.
El profeta Mahoma fundó la mezquita Al-Masjid an-Nabawī, en Medina (Arabia Saudí). Es uno de los templos más sagrados del islam. (GusJuned / El islam es hoy en día la segunda religión con más seguidores del mundo. Los musulmanes creen en Alá y siguen las enseñanzas de su libro sagrado, el Corán.
Los 1.800 millones de musulmanes del mundo deben su religión al profeta del islam, Mahoma. Según esta religión, el mismo Alá le dictó el Corán. Mahoma se encargó de recopilar las enseñanzas de Alá y de predicar la fe de su Dios. De mercader pasó a ser profeta, y fue perseguido por sus creencias.
Sus episodios vitales más importantes se han convertido en festividades musulmanas . Por ejemplo, muchos musulmanes celebran su aniversario. La huida de la Meca hacia la ciudad de Medina se conoce como Hégira y marca el inicio del calendario musulmán.
A pesar de la importancia de Mahoma, los creyentes no adoran imágenes suyas, a diferencia del cristianismo que sí rinde culto a representaciones de Jesús o de los santos.
Los musulmanes no permiten dibujar ni intentar recrear el aspecto de Mahoma ni de Alá. Consideran que las representaciones son una falta de respeto porque nunca podrán hacerles justicia. Por eso los creyentes no comparten retratos de su profeta.