• Asignatura: Historia
  • Autor: juanparomerofernande
  • hace 3 años

Explica la manera ¿Cómo Occidente se toma a Asia?

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Respuesta dada por: alex8492450169
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Mientras Asia se abre paso, Occidente se mira el ombligo

La crisis generada por la actual pandemia ha demostrado cómo las naciones más avanzadas del continente asiático han sabido reaccionar más rápido y con mejores resultados que los viejos líderes occidentales

Explicación:

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A mediados de febrero, justo antes de que la COVID-19 se convirtiera en una preocupación global, la Conferencia de Seguridad de Múnich 2020 proclamaba la desoccidentalización del mundo1, lo que supone el reconocimiento del final de un largo periodo de cinco siglos en el que la comunidad internacional se ha ido occidentalizando al ritmo que el planeta se iba globalizando. En el último siglo este proceso se ha realizado además identificando el modelo democrático y liberal como referencia de modernidad.

La profunda crisis producida por la actual pandemia ha puesto además de relieve cómo las naciones más avanzadas del continente asiático han sabido reaccionar más rápido y con mejores resultados que los viejos líderes de Occidente, tomando el testigo de la excelencia, hasta fechas recientes monopolio de las naciones de raíz europea y reafirmándose como modelos propios y no solo como buenas imitaciones de las naciones que, en su día, fueron las potencias coloniales.

En la actualidad, el creciente enfrentamiento entre Washington y Pekín es, sin duda, la principal preocupación estratégica y el gran elemento que está reacomodando el orden internacional. Pero esta circunstancia no tendría una naturaleza tan revolucionaria y transformadora del orden geopolítico si no viniera acompañada del auge de Asia en su conjunto. Dentro de dos o tres décadas las grandes decisiones globales se tomarán probablemente en las capitales de dicho continente y no en las de Occidente, como ocurría hasta hace fechas muy recientes.

Este documento defiende que el ascenso de Asia supone una transformación gradual, pero profunda del panorama global, el vector de cambio geopolítico más importante a largo plazo, que la Trampa de Tucídides está acaparando una atención desproporcionada, apantallando parcialmente la relevancia del fenómeno asiático global, y que Occidente ya no puede pretender que el mundo se siga acomodando a sus criterios y su liderazgo. Mantener viejos lo planteamientos estratégicos aumentará las tensiones entre las potencias y solo hará que vivamos en un mundo más peligroso y que probablemente «el batacazo» final sea mayor.

Asia alcanza la mayoría de edad

Hasta el siglo XVI, con la llegada de los navegantes europeos a las costas de Asia, este continente era el centro de gravedad del mundo y actuaba como un sistema internacional por medio de intercambios económicos y culturales5. A partir de entonces, las naciones europeas dominaron los océanos y la innovación en prácticamente todos los ámbitos6, hasta llegar a enseñorearse de todos los continentes por medio de sus imperios coloniales. Las regiones de Asia empezaron a comerciar y a recibir mayor influencia de Europa que lo que estas regiones interactuaban entre sí.

Conclusiones

El panorama geopolítico global se está transformando por la convergencia de tres grandes revoluciones —la emergencia tanto de Asia como de China, su principal potencia, y la Cuarta Revolución Industrial— que sitúan a dicho continente cada vez más en el centro del devenir internacional. En un par de décadas el proceso se habrá consumado, pero al ser gradual no está generando la percepción de profundo cambio que de ello se deriva. No se trata únicamente del paso de un modelo internacional a otro, la transformación es la propia esencia de un orden global heraclitiano donde «todo cambia y nada permanece».

Las viejas inercias hacen que desde Occidente se quiera continuar con unas lógicas estratégicas ya superadas. Además, la rivalidad entre Washington y Pekín está ocultando, en parte, la trascendencia de los otros dos vectores de alteración del orden mundial. Sin embargo, en el gran continente asiático, que alberga a más de la mitad de la población del mundo, se es plenamente consciente de que ya le ha llegado su hora—o simplemente que después de cinco siglos se ha vuelto a la normalidad—, los mejores resultados frente a la crisis del coronavirus han confirmado a sus naciones que es tiempo de sacudirse la tutela de Occidente. La percepción de crisis de las sociedades de raíz europea también lo facilita.Mientras Asia se abre paso, Occidente se mira el ombligo

La crisis generada por la actual pandemia ha demostrado cómo las naciones más avanzadas del continente asiático han sabido reaccionar más rápido y con mejores resultados que los viejos líderes occidentales

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