B. Responde previa reflexión de las citas bíblicas anteriores:
a) ¿Según Santiago 2,1-4 como te pide, Dios, ¿a ti que tratos a las personas y por qué te lo pide así?
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b) ¿según Colosenses 3, 11? Habiendo en el mundo, personas distintas, ¿Cristo está más en los preparados en los de los países desarrollados? ¿Explica por qué?
Respuesta: --------------------------------------------------------------------
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Respuestas
la epístola de Santiago. Nos encontramos en una porción de las Escrituras, que abarca los capítulos 1 al 3, en la que podemos ver que Dios prueba la fe por diferentes métodos. Hemos visto que Él pone a prueba la fe mediante dificultades o adversidades, pero que nunca lo hace con el mal. También hemos visto que Dios prueba la fe por la Palabra y ahora, en los primeros 13 versículos de este segundo capítulo de la Epístola, vemos que Dios prueba la fe por las acciones y actitudes que tenemos con respecto a otras personas que nos rodean y entre las cuales adoramos a Dios en la iglesia. En nuestro programa anterior ya presentamos una prolongada introducción a este capítulo 2. Ahora, al comenzar, simplemente recordaremos nuestros comentarios sobre el versículo 1, y completaremos ciertas conclusiones del versículo 2 que quedaron sin presentar.
Escuchemos ahora, lo que dice el primer versículo de este capítulo 2 de la epístola de Santiago:
"Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas."
EL CONTEXTO GENERAL sitúa a Pablo advirtiendo a los cristianos colosenses: “Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo.” Los cristianos colosenses sienten la presión de observar ritos judíos, como la circuncisión, las leyes dietéticas, y los festivos o sábados (2:11). Pablo les asegura que han recibido una “circuncisión no hecha con manos” (2:11).
Una de las cosas que los primeros cristianos enfrentaban era si debían adoptar el judaísmo como requisito para hacerse cristianos. Esto aparece en Hechos 10, con la visión dramática de Pedro – una visión que acercó Pedro a los gentiles y que le llevó a reconocer que – sin haber sido circuncidados – habían recibido el Espíritu Santo, y por eso eran buenos candidatos para el bautizo (Hechos 10:34-48).
Pablo fue el gran misionero de los gentiles y se preocupaba por ellos en particular. Convenció al Concejo de Jerusalén de no requerir la circuncisión de los cristianos gentiles, y que solo se les pidiera abstenerse “de cosas sacrificadas á ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación” (Hechos 15:29).