• Asignatura: Derecho
  • Autor: augustosalinas50
  • hace 3 años

¿Cómo influye de forma positiva, la actitud egoísta del hombre para generar el bien común?(desde el punto de vista económico)​


augustosalinas50: si me ayudan con mi pregunta,yo les ayudo también
mariadelosange86: ok

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Respuesta dada por: mariadelosange86
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2. LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE EN EL SISTEMA

ECONÓMICO

Mientras la situación económica de las naciones dependa del estado de los

conocimientos físicos, es un asunto para las ciencias físicas y las artes que en

ellas se basan. Pero en tanto que las causas sean morales o psicológicas, y

dependan de las instituciones y relaciones sociales, o de los principios de la

naturaleza humana, su investigación incumbe no a las ciencias físicas, sino a

las morales y sociales, y es el objeto de lo que se llama economía política.

John Stuart Mill

Al ser el hombre sujeto y objeto último de la economía, es necesario tener bien claro

que cualquier estudio sobre la naturaleza de esta ciencia presupone una concepción

del hombre mismo: qué es el hombre, cuál es su comportamiento económico, qué se

debe esperar de él, qué es lo que necesita.

Este trabajo no pretende revisar exhaustivamente cuál ha sido la visión que del

hombre han tenido todos aquellos que a lo largo de la historia han ido construyendo

el pensamiento económico, sino tan sólo revisar brevemente las concepciones

antropológicas de los fundadores de las principales escuelas, la clásica, de Adam

Smith, y John Stuart Mill, como puente hacia el neoclasicismo; y la escuela

socialista, de Carlos Marx, para luego contrastarla con la visión que del hombre

tiene la Iglesia católica.

Con la publicación, en 1776 de la Investigación sobre la naturaleza y las causas de

la riqueza de las naciones, el inglés Adam Smith puso las bases del sistema clásico

de la economía. Smith se ubica en la línea que ya venían marcando los fisiócratas

franceses, siendo, además, un gran observador de la realidad económica de su época.

El sistema de Adam Smith combina una teoría de la naturaleza humana y una teoría

de la historia con una forma peculiar de teología natural (la doctrina greco-

escolástica del derecho natural1

), y algunas observaciones prácticas sobre la vida

económica.

La doctrina de Smith contiene tres puntos importantes: la división del trabajo, la

determinación de los precios y la asignación de recursos, y el crecimiento

económico. Él, además, muestra una profunda creencia en la libertad personal, y

resalta la importancia del crecimiento económico en tanto está orientado hacia el

bienestar humano.

1

Igual que para los fisiócratas, para Adam Smith el derecho natural refleja la mente de Dios,

Creador de todas las cosas, por lo tanto, es superior al derecho positivo, y debe estar por encima de

éste lo más que sea posible en las más de las diferentes áreas de la actividad humana.

sosteniendo el principio clásico del laissez faire.

Ahora bien, el punto central de la concepción antropológica de Adam Smith es el

egoísmo. Y esta realidad de la naturaleza humana la expone con claridad no sólo en

la Riqueza de las naciones, sino que ya la había desarrollado antes en su obra

precursora Theory of Moral Sentiments.

Afirma Simth:

Cada individuo intenta [mediante el empleo de su capital] que el ingreso anual

de la sociedad sea tan grande como pueda. Por regla general, no intenta

promover el bienestar público, ni sabe cuánto está contribuyendo a ello.

Prefiriendo apoyar la actividad doméstica en vez de la foránea, sólo busca su

propia seguridad, y dirigiendo esa actividad de forma que consiga el mayor

valor, sólo busca su propia ganancia, y en éste como en otros casos está

conducido por una mano invisible que promueve un objetivo que no entraba en

sus propósitos. Tampoco es negativo para la sociedad que no sea parte de su

intención, ya que persiguiendo su propio interés promueve el de la sociedad de

forma más efectiva que si realmente intentase promoverlo.2

De donde se desprende que para Smith el egoísmo no sólo es parte de la naturaleza

del hombre, sino que es uno de sus elementos positivos. La gran paradoja de esta

concepción es que el egoísmo conduce por sí mismo al bien común, lo que refleja la

armonía natural que fundamenta al mundo económico. De aquí que sean

innecesarias e incluso indeseables las intervenciones del gobierno.

2

Adam Smith, La riqueza de las naciones, p. 503-504; citado por Robert Ekelund¸ Historia de la

teoría económica y de su método, 3ª ed., MCGraw -Hill, España, 1995.


augustosalinas50: Quiero una respuesta específica
mariadelosange86: mmmmmmmmm nose perdón
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